Armstrong: "Me dopé por arrogancia y por mi instinto de ganar"

El estadounidense se confesó en la famosa entrevista con Oprah Winfrey

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Armstrong: "Me dopé por arrogancia y por mi instinto de ganar"
Armstrong: "Me dopé por arrogancia y por mi instinto de ganar"

Y llegó el día en el que Lance Armstrong cambió la versión de su vida, el "jamás me he dopado" por el "me dopé para ser el mejor". Cayó la mentira del americano. "Vences al cáncer, te casas felizmente, ganas siete Tours... esta historia fue perfecta durante demasiado tiempo", explicó el ciclista que más veces llegó con su cuerpo decorado de amarillo a París en la entrevista con Oprah Winfrey, emitida en la madrugada del jueves al viernes y en la del viernes al sábado en Discovery Max. Con el mismo frío gesto de siempre, con idéntico rostro al que utilizaba para machacar a todos sus rivales en las rampas más bestiales, en las cronos más temidas, salió del armario en una habitación de un hotel de Austin.

"Ahora esta historia es tóxica y trágica", dijo después de reconocer que había utilizado sustancias dopantes prohibidas, que había consumido EPO, que se había realizado transfusiones de sangre, que había usado testosterona, cortisona y hormona del crecimiento. Lance Armstrong, el héroe caído, la leyenda destrozada, reconoció que su confesión llegaba "demasiado tarde". "En aquella época doparse era parte del trabajo, era como decir que teníamos que inflar las ruedas o que debíamos llevar agua en los bidones. Todos competíamos en condiciones similares".

"Nunca hubo órdenes a otros corredores", indicó el de Texas. "Sé que ahora mismo no soy el hombre más creíble en el mundo, pero jamás despedí a un ciclista por no querer consumir sustancias dopantes. No hubo presión verbal. Éramos un equipo competitivo y todos adultos". "¿Atacas a aquellos que dicen algo que no te gusta?", le cuestionó la entrevistadora. "Sí, toda mi vida", respondió el excorredor, quien no sabía si tenía "una buena respuesta" para dar una razón sobre por qué se había decidido a hablar en este momento. "Supongo que es demasiado tarde y que es algo demasiado grande para demasiada gente. Pero eso es culpa mía. Yo percibo esta situación como una gran mentira que he repetido muchas veces".

"Era un tipo que esperaba lograr cualquier cosa que quisiera y controlar cualquier resultado. Eso es inexcusable y comprendo que haya gente que oiga esto y no me perdone jamás", continuó Lance, que aseguró que el médico Michele Ferrari "es un buen hombre" y que ahora ve "el enfado y la decepción en el rostro de la gente que creía en mí". Entiende que "tienen derecho a sentirse traicionados" y que se pasará el resto de su vida "disculpándome e intentando volver a ganarme su confianza".

Armstrong negó haber tapado un positivo en el Tour de Suiza 2001 y explicó que el dinero abonado a la UCI era "una donación". También reconoció que siempre el cáncer le enseñó a que debía hacer cualquier cosa para sobrevivir. "Doparse es hacer también cualquier cosa por vencer. Me dopé por mi instinto insaciable de ganar, de ganar a todo. Esa arrogancia, esa actitud, al final no la puedes negar ni esconder. Hoy lo veo, no es nada bueno", indicó un Lance que piensa que no hubiera tenido que hacer dicha entrevista si "no hubiera vuelto a la competición" en 2009 y 2010. "Pero sé que falté el respeto a las reglas de lo que más me gustaba. Si hubiera una reconciliación y me invitan a colaborar, seré el primero en responder. Todo el mundo ahora tiene razón al sentirse engañado y defraudado. Mi labor es recuperar esa confianza".


"Me sentía invencible y ahí me perdí"

En la segunda parte de la entrevista, el ídolo americano tampoco detalló nombres, ni culpó a nadie, y mostró su lado más humano. "Mi hijo mayor oía rumores en la escuela y un día ví cómo me defendía de las acusaciones de otros niños diciendo que no era verdad. Supe entonces que tenía que contárselo", dijo el Lance más emotivo.

Sobre otro de sus 'hijos', la Fundación Livestrong, también habló. "Espero que puedan continuar. Salir de allí era bueno, aunque a mí me costó mucho. Fue muy doloroso, mi punto más bajo", señaló un Armstrong que durante su época de esplandor se "sentía invencible". "Ahí me perdí. Ahora estoy en terapia y me estoy curando. Tengo que seguir un proceso y pedir disculpas".

En cuanto a su futuro, Lance Armstrong tiene claro que ha "perdido la oportunidad de tener ingresos" y piensa que no se merece la sanción impuesta de por vida. "A mí me han condenado a muerte cuando otros deportistas han sido suspendidos por seis meses. No voy a decir que sea injusto. Merezco un castigo, pero no esta condena". Y terminó la entrevista con una moraleja: "Lo fácil es decir que no debemos mentir, pero hay algo detrás; cómo me perdí y me equivoqué. Ese es el primer paso. Estoy pagando el precio por ello y me lo merezco".


Reacciones de AMA y COI

En relación a la entrevista de Lance Armstrong, la Agencia Mundial Antidopaje emitió un comunicado en el que informaba que "la confesión de dopaje de Lance Armstrong en un programa de televisión no supone ninguna diferencia a su condición de deportista sancionado de por vida" y que "si el señor Armstrong verdaderamente quiere enmendar su pasado, entonces él tiene que hacer una confesión completa bajo juramento en las pertinentes autoridades antidopaje".

El Comité Olímpico Internacional, por su parte, condenó "las acciones de Lance Armstrong y todos aquellos que buscan una ventaja injusta en contra de sus rivales con el consumo de sustancias dopantes". "Hoy es un día muy triste para el deporte, pero hay un lado positivo si estas revelaciones pueden comenzar a poner final a las prácticas anteriores. Instamos a Armstrong a presentar todas las pruebas que tiene a las correspondientes autoridades para que podamos poner fin a este episodio oscuro y seguir adelante con un deporte más fuerte y más limpio".