Arnaud Demare (Groupama FDJ) se ha impuesto en la 101ª edición de la Milán-Turín, por delante de Ewan, Van Aert, Sagan, Van Poppel, Bouhanni, Gaviria… es decir, de un listado inacabable de sprinters que se dieron cita en una carrera un tanto atípica, lejos del perfil de años precedentes.
Groupama FDJ fue el equipo más fuerte en los metros finales, preparando el lanzamiento de su jefe de filas y, aunque fue Peter Sagan (Bora-Hansgrohe) el primero en ‘abrir fuego’, el velocista francés fue capaz fue cogerle rueda y remontarle con potencia sobrada. Segundo y tercero, superando también al triple campéon del mundo, serían Caleb Ewan (Lotto-Soudal) y Wout van Aert (Jumbo-Visma).

La clásica más longeva del calendario, celebrada por primera vez en 1876, llegaba este año antes de lo habitual y con un recorrido eminentemente llano de 198 km, ideal para velocistas, entre Mesero y Stupinigi. Nada que ver con los trazados de años anteriores, donde se impusieron ciclistas de un perfil más todo terreno e, incluso, más de un escalador puro.
Tras la habitual batalla de los primeros kilómetros por cazar la fuga buena, cobraba fuerza la escapada formada por Boaro (Astana), Tonelli (Bardiani), Van Hoecke (CCC), Villella (Movistar), Rivi (Nazionale Italiana) y Garosio (Vini Zabu), que alcanzarían una ventaja cercana a los 5 minutos sobre el pelotón. Una renta que se reduciría a la mitad, a falta de 50 km del final.
Equipos con hombres rápidos como Deceuninck-QuickStep, Bora-Hansgrohe y Lotto-Soudal se turnaban al frente del pelotón, sin prisa pero sin pausa, para ir mermando las posibilidades de los escapados. Garosio, de hecho, cedía ya a 30 km de meta, siendo neutralizado por el gran grupo.
El ritmo de caza se tornaría más violento a partir de los últimos 20 km, con la fuga a menos ya de un minuto, y la pelea abierta en las primeras posiciones del gran grupo, por carreteras amplias y de largas rectas. Circunstancias que aprovechaba Rivi para intentar dejar a sus compañeros de escapada, marchándose en compañía de Boaro, y mantener viva alguna esperanza de victoria, totalmente utópica teniendo en cuenta los intereses del pelotón.
Boaro, último superviviente, era neutralizado por el imparable pelotón a falta de unos 5 km para el final, mientras una caída masiva rompía el seno del grupo, al paso por unas isletas, con Yves Lampaert (Deceuninck-QuickStep) como uno de los ciclistas más afectados. Al frente del mismo, los Lotto Soudal de Caleb Ewan, los Bora-Hansgrohe de Sagan y los Groupama FDJ de Demare ponían ya ritmo de volata a lo largo de grandes avenidas, sin olvidar al ‘Wolfpack’ de Bennet.
Ya en el kilómetro final, Groupama FDJ tomaba el mando del treno, Sagan disparaba primero a unos 200 m de la línea, pero Demare le remontaba con autoridad para imponerse en la meta de Stupinigi. Segundo entraba Ewan y tercero un gran Van Aert, que venía de ganar, el sábado pasado, la Strade Bianche.
Clasificación final
