La temporada 2013 se acaba de terminar y Carlos Verona ha apurado hasta el final pues ha terminado el pasado domingo 20 de octubre en la Japan Cup. En total, ha completado 68 días de competición repartidos entre España, Francia, Alemania, Bélgica, Estados Unidos, Malasia, China y Japón. Han sido más de 10.000km de competición cargados de nuevas experiencias y de continuo aprendizaje que poco a poco empieza a dar sus frutos, y es que el mundo del ciclismo profesional es una carrera de fondo, en la que el trabajo y la paciencia seguramente sean dos factores mucho más importantes que la calidad innata que cada uno pueda tener.
Carlos ha conocido esta temporada tambien lo que significa competir bajo las condiciones más duras, días de mucho calor, como en la etapa del Tour de California con cerca de cincuenta grados y otros de mucho frio como en las dos últimas etapas del País Vasco, o sin ir más lejos, en la última carrera del año, la Japan Cup, donde estuvo lloviendo sin parar las cuatro horas y media de carrera. Precisamente, en esta última ha logrado su primer Top 10 como profesional, cruzando la meta en octava posición. "Estoy contento, pero más que por el hecho de ver que mis piernas están cada vez más cerca de las de los mejores, porque para mí fue una victoria mental. No es fácil pasar más de cuatro horas bajo la lluvia, el frio o el viento y encima sin cruzar apenas palabra con nadie, que bastante teníamos todos con pedalear. Ser fuerte de mente y aunque el frio te esté consumiendo, pedirte un poco más, no rendirte, seguir pedaleando y cuando toca dar el máximo, bloquear la mente para intentar dar aún un poco más y convencerla de que aunque duelan las piernas, tú puedes más. Y es que cuanto más metido estoy en el ciclismo, más me doy cuenta de que lo que marca la diferencia es la cabeza, no las piernas".
Las motivaciones con las que Verona afrontó la Japan Cup eran varias. La primera de todas, que había estado 20 días lejos de su novia y de su familia, razón para no bajarse a la primera de cambio de la bicicleta. La segunda, que alguien a quien tiene mucho aprecio le dio un consejo en vísperas de su primera carrera como profesional: “Carlos, a no ser que no haya otra opción, no abandones una carrera nunca, que de cada carrera se aprende". Palabras que aparecen en su menta cada vez que se le pasa por la cabeza la idea de tirar la toalla, tanto que en tres años como profesional no ha abandonado nunca una carrera si no ha sido por caída o enfermedad. Y la tercera motivación el pasado domingo en Japón, fue la gente. "No sé cuantos miles de espectadores podría haber en el circuito, pero eran muchos, pasando el mismo frio que nosotros, regalándonos todo su calor y, honestamente, pienso que se merecían que diéramos todo el espectáculo y más por ellos".
Ahora toca pensar en el 2014. Por suerte, Verona tiene contrato con su equipo, el Omega Pharma – Quick Step y podrá aprovechar la oportunidad de poder seguir viviendo y haciendo lo que más me gusta. Comentaba Verona que, desafortunadamente, muchos compañeros no correrán la misma suerte el año que viene, pero que espera que éste mal año solo sea de transición y que en el 2015 vuelvan los sponsors. El ciclismo lleva la dirección y el rumbo correctos: globalización, competición, imagen, espectáculo y tolerancia cero con el dopaje, por si a alguien le queda alguna duda todavía.
Ahora toca a Carlos Verona tomarse unas pequeñas vacaciones y volver en el 2014 con más fuerza, motivación y ganas para seguir progresando.
¡Nos vemos por las carreteras!