Es la gran sensación del ciclismo español y se nota. Porque no solo arrastra periodistas patrios en la presentación del Deceuninck-Quick Step en Calpe. Todos quieren hablar con Enric Mas. Después de su fulgurante final de temporada, en la que logró subirse al segundo cajón del podio en la Vuelta a España tras su brillante triunfo en la Gallina, el mallorquín es ya una de las figuras de referencia llamado a copar titulares esta próxima temporada.
Él y su equipo aprovecharon la presentación y el revuelo para hacer oficial lo que ya era un secreto a voces: que 2019 será el año que le verá dar sus primeras pedaladas en el Tour de Francia. Después de correr dos Vueltas y atesorar un podio, en ésta, su tercera temporada en la élite ha llegado la hora. “Hay gente que dice que me he saltado un escalón por no ir al Giro de Italia antes pero yo me siento preparado para correr el Tour".
Será un año de descubrimiento pero la gran ambición que tiene en las piernas no pueden ocultar que “yo quiero ganarlo, pero voy a ir a conocer la carrera". Explica que la decisión de poner su mirada en la ronda gala “se tomó en la primera concentración con el equipo, en diciembre" y deja claro que “ellos confían mucho en mi. Sé que para la montaña hay muchísimos equipos más potentes pero lo daremos todo".
En ese punto, es inevitable preguntarle si su equipo, este Deceuninck tan acostumbrado a luchar por triunfos parciales y con hombres fuertes para las carreras de un día, es el adecuado para sus intereses futuros en el Tour, de cara a luchar por la general cuando llegue el momento. “Sí", afirma él, “porque si estuviera en Sky o en Movistar no hubiera tenido galones. En estos años anteriores han tenido a mucha gente que va mejor que yo en montaña y no hubiera tenido opciones. En cambio estando aquí ya he corrido dos grandes".
Y prosigue explicando que “en la Vuelta a España, Elia Viviani también se centró en ganar etapas y yo pude estar en el podio. Cuando han tenido que trabajar para mi, lo han hecho". Enric Mas se imagina un Tour en el que “la primera semana habrá mucha tensión y muchas caídas y conforme pase la carrera se irá calmando".
Debutará en Algarve para después realizar una concentración en altura, en un lugar aún por determinar. Andorra, su lugar de residencia actual es una opción “pero en esas fechas hace mucho frío y no me gusta nada". Después correrá la Volta a Cataluña y la Vuelta al País Vasco, donde el año pasado estrenó su palmarés con su excepcional triunfo en la cima de Arrate. “Este año quiero pelear por ganar la carrera", avisa.
Después correrá la Flecha Valona y la Lieja-Bastogne-Lieja, en las que se pondrá al servicio de JulianAlaphilippe antes de realizar otra concentración durante el mes de mayo para después correr la Vuelta a Suiza como último test previo al Tour de Francia. “Eso es con lo que sueño". Ganar el Tour. “En realidad es la obsesión de todos los ciclistas. Sé que aún me queda mucho por mejorar, en la crono por ejemplo, tengo que aprender muchas cosas todavía" para lograrlo.
Para cumplir con la ya eterna coletilla que siempre le acompaña de ser el ‘heredero’ de Alberto Contador. “Siempre que me lo dicen me lo tomo a broma", zanja con tranquilidad.