Jakob Fuglsang ha sido el protagonista de otra apasionante etapa de la Tirreno-Adriático, con un recorrido que en su segunda mitad tenía reservado a los corredores un ratonero circuito en la localidad de Recanati.
Un terreno en el que los corredores del Astana se mueven como pez en el agua. Y si ayer fue Lutsenko quien se apuntó el triunfo parcial, después de una épica escapada, y en la que Fuglsang fue testigo de excepción -acabó 4º en el sprint-, hoy le ha tocado al danés alcanzar la gloria. Una gloria que podía haber sido mucho mayor, pues en algunos momentos de su escapada, iniciada a 23 km de meta- la ventaja lograda le hizo soñar con la maglia azzurra de líder a Adam Yates. El británico, finalmente, recortó distancias, dejando descolgado incluso a Primoz Roglic, segundo en la general.
Celeste Astana, sinónimo de actitud
La prueba se abrió con trece corredores que se escaparon con más de siete minutos de ventaja sobre el pelotón. Los que más aguantaron fueron el danés Mads Pedersen (Trek-Segafredo), el alemán Nico Denz (AG2R) y los italianos Zardini y Gabburo (Neri Sottoli), dentro de una fuga donde también participó el oscense del Movistar Team Jorge Arcas. Llegaron sólidamente al mando hasta los últimos 30 kilómetros, cuando el grupo principal, empujado por los hombres del equipo Astana, aumentó el ritmo y empezó a acercarse a los puestos de cabeza.
Los corredores afrontaron tres veces un circuito en torno a Recanati y que preveía cuatro subidas al Muro di Porta d'Osimo, con pendientes del 19%, y tres escaladas al Muro de San Pietro, con rampas del 20%. Jumbo Visma y Mitchelton Scott controlaban un pelotón donde, proresivamente, iban ganando posiciones los ciclistas del Astana, que sin duda tenían en mente repetir la victoria del día interior. O al menos intentarlo.
A 23 km de meta, y a punto de neutralizar a los escapados, salta Fuglsang por detrás, y se queda en cabeza con Gabburo, Denz y Pedersen, con 35’’ de ventaja sobre el resto de favoritos, entre los que asoman Alaphilippe y Nibali, tensando la cuerda en el grupo del líder Yates.
Pero la potencia de Fuglsang en estos primeros compases de temporada se hace patente de nuevo, cuando se queda como líder de la etapa a 11 km de meta y consolidando una ventaja de 1’09’’ con el grupo de la maglia azzurra, que es precisamente quien lo intenta ahora. Primoz Roglic responde y se va a su rueda.
La ventaja es de 1’10’’ a 2 km del final para el de Astana, que está a 1’19’’ del líder Yates en la general, por lo que el británico se tiene que poner manos a la obra y aumentar el ritmo por detrás, hasta el punto que termina por soltar a Roglic.
Fuglsang, segundo clasificado en la última Strade Bianche, cruzó la línea de meta en 4 horas, 39 minutos y 33 segundos y levantó los brazos al cielo, dedicando su victoria a Michele Scarponi, trágicamente fallecido en abril de 2017. El danés se ha colado en el podio provisional de la general, al colocarse tercero a 35 segundos de Yates. El británico es líder con 25 segundos de ventaja sobre Roglic, segundo.
La sexta etapa se disputará este lunes, con un recorrido de 195 kilómetros, entre Matelica y Jesi, potencialmente favorable a los velocistas.