El corredor neerlandés Kevin Inkelaar se impuso en la segunda etapa del Giro della Valle d´Aosta, una montañosa jornada con final en Rhêmes-Notre-Dame, y concretó el octavo éxito de la temporada, el primero sin la rúbrica de Matteo Moschetti, para el Polartec-Kometa continental. Inkelaar asciende hasta la segunda plaza de la general provisional de la carrera transalpina, a 30 segundos del italiano Matteo Bellia (IAM), el nuevo líder.
Inkelaar cimentó su éxito en un poderoso ataque dentro de los últimos kilómetros, una apuesta que le acabaría llevando hasta Bellia. El ciclista transalpino había atacado unos kilómetros antes y, poco a poco, había cazado primero al británico Donovan y posteriormente al belga Laurens Huys (Lotto Soudal), cabeza de carrera hasta ese momento. Cuando Inkelaar le alcanzó ya en las postrimerías de la etapa, ambos seguirían juntos hasta el final con más de un minuto de margen. Una última curva en las cercanías de la meta, en la que Kevin pasó primero, fue clave para el triunfo. “La verdad es que no me lo creo, estoy realmente muy feliz, muy satisfecho. No había sido mi mejor año, había tenido dudas, no me habían salido algunas carreras como pensaba… Y llegó esta victoria. Estoy muy contento. Hemos trabajado muy duro, hemos hecho muchos sacrificios”, comenta un Inkelaar que ha preparado minuciosamente la cita aostana en el Passo dello Stelvio.
Antes que Inkelaar lo había probado el murciano Miguel Ángel Ballesteros, aunque su ataque acabó siendo neutralizado: “Hemos empezado la subida final unos veinte corredores o así, con dos o tres corredores por delante. No había entendimiento en ese grupo y como nosotros llevábamos tres representantes he decidido arrancar. Habré hecho dos o tres kilómetros escapados con respecto a ese grupo, pero en la zona dura me han cogido unos diez corredores, o así, y justo en ese momento Kevin ha arrancado y se ha ido solo hacia la cabeza de carrera. Nosotros nos hemos juntado una docena de ciclistas entre los que estábamos Juanpe y yo. Se dieron algunos ataques y de nuevo también arranqué, cuando faltaban tres kilómetros para el final. Ahí logré irme sólo hacia delante”.