No es el día de los inocentes, aunque podría parecerlo. El diario La Gazzetta dello Sport publica en su edición de hoy que Andrea Tafi, ganador de la París-Roubaix en 1999 y retirado de la competición profesional a finales de 2005, quiere celebrar el vigésimo aniversario de su éxito, el último de un italiano en el velódromo, disputando la edición del año que viene.
A Tafi, que conquistó otros dos monumentos -Lombardía 1996 y Flandes 2002-, le surgió la idea en julio mientras disputaba una gran fondo en Hungría. “La hicimos muy rápido, con tramos a 48 km/h de media, y alguno me comentó que estaba en forma como para correr la Roubaix. Hago 19.000 kilómetros al año y peso 79 kg. Me he probado el maillot de campeón italiano de 1998 y me vale", comenta el protagonista de este insólito reto, que también dará lugar a un documental.
Para probar que la cosa va en serio, el toscano ha solicitado a la UCI ser inscrito en el sistema antidoping, el pasaporte biológico, que debe comenzar al menos seis meses antes de la carrera. ¿Y el equipo con el que participaría? “He contactado con formaciones italianas y belgas -no del World Tour- que podrían recibir una invitación, pero no hay nada cerrado. Aunque sé que es muy difícil sacar adelante la idea, me siento tranquilo. Dejadme soñar y saborear esta misión imposible", concluye Tafi, quien disputó trece veces la clásica de los adoquines y la terminó siempre, en sus declaraciones al periodista Ciro Scognamiglio.