Olivia Ray, ganadora a mediados de febrero de los campeonatos nacionales de ciclismo en ruta de Nueva Zelanda, admitió haberse dopado en una entrevista con el medio New Zealand Herald y espera sanción por parte de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos.
Ray se encontraba sin equipo tras ser despedida del Human Powered Health en el mismo mes de febrero, en cuanto éstos recibieron confirmación de que la corredora estaba siendo investigada por un supuesto uso de sustancias dopantes (Clenbuterol y Anavar).
Todo se descubrió a raíz de un caso que no tenia relación alguna, respecto a una denuncia del ex novio de Ray sobre la mujer con la que salía en 2017. Cuando a principios de año registraron la casa de éste y de Ray, descubrieron todo tipo de potenciadores del rendimiento.
No es descartable, incluso, que fuera el ex novio de Ray el que desvelara la información a la policia de los Estados Unidos tras romper su relación con la ciclista durante los primeros meses de 2022.

Pues bien, se había mantenido el silencio hasta que esta semana Olivia Ray ha concedido la citada entrevista, en la que ha confirmado sin tapujos que "tomé cosas entre noviembre y diciembre, cuando no estaba corriendo".
Explicó que su razonamiento fue que "no iba a tener nada en mí para cuando corría. Pensé que de alguna manera era aceptable porque no estaba afectando la carrera, no estaba haciendo trampa".
Sobre el comportamiento del Human Powered Health, Ray comentó que "primero me dijeron que tenía vacaciones pagadas y posteriormente me enviaron un documento en el que me informaban del despido por mala conducta y dopaje".
Ahora la corredor de Auckland no tendrá más remedio que asumir la pertinente sanción (se espera que sea de cuatro años), mientras se lamenta porque "lo peor de todo es que las sustancias que tomé no tuvieron efecto ni mejoraron mi rendimiento, fueron inútiles".