Foto: Tim de Waele
Alberto Contador ya ha llegado a España con su victoria en el Tour bajo el brazo. Y lejos de Lance Armstrong, del Astana y de Johan Bruyneel. Por eso ahora no se muerde la lengua ni mide sus palabras. Tras ser recibido por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que también disfrutó de la entrada triunfal de Contador en los Campos Elíseos, se ha dirigido a Pinto, su localidad natal, perseguido por seguidores, cámaras y micrófonos. Y ahora ya no calla. "Nunca he tenido admiración alguna por Lance Armstrong ni la tendré", aseguró.
Afirmó que durante el Tour "han sido más duros los días en el hotel que en las carreras en sí", ya que "la situación era tensa y delicada porque la relación entre Lance y yo se extendía al resto del staff". Por similitudes, comparó su situación a la que vivió Fernando Alonso con Lewis Hamilton cuando compartían escudería en McLaren. "ilustra en cierto modo lo que he vivido. Pero sabía que si mantenía la cabeza fría y me respondían las piernas, iría bien", comentó
Volvió a dejar claro que su relación con el norteamericano "es nula", pero, independientemente de ello, Contador reconoce que "es un grandísimo corredor y ha hecho un gran Tour". La carrera que les divide y provocará que tomen caminos divergentes a partir de ya. El nortemaericano ya tiene su patrocinador, Radioshack para su formación a la que se llevará a Popovych, a Chris Horner y también a Haimar Zubeldia, además de a Johan Bruyneel, del que el propio Contador entiende su inclinación hacia el norteamericano. Es normal porque le debe todo a Armstrong y son muchos años juntos", dijo el ganador del Tour.
En ese proyecto no cabe Contador. Tampoco lo desea el madrileño. "Buscaré un equipo que esté conmigo al cien por cien", repitió. Que no le deje solo en la mesa al desayunar, que le acompañe en la bajada en coche desde lo alto del Mont Ventoux o que le lleve a las salidas de la contrarreloj. Todo lo que el Astana no ha hecho.
Tuvo también tiempo de valorar el fallo del a organización del Tour al hacer sonar el himno de Dinamarca en vez de el español, gestó que calificó como "una metedura de pata. Rectificaron, pero ya era tarde", lamentó. Tendrá que ganar otro para poder escucharlo. Pero en la repetición del triunfo no piensa ahora. En las comparaciones inevitables con Miguel Indurain tampoco. "No le planteo ni le doy importancia. Quiero disfrutar de la bici y establecer en cada temporada los objetivos", dioj Contador. El de 2010 será otra vez el Tour, su carrera. Con otro equipo, uno de verdad.
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