El pasado fin de semana participé en el critérium de Orozko, situado en la zona suroccidental de la comarca de Arratia-Nervión. Una prueba deportiva que reúne a profesionales y ex profesionales del ciclismo femenino y masculino. La verdad que siempre que subo al País Vasco recuerdo un montón de momentos. Una carretera que he hecho en innumerables ocasiones buscando sueños y objetivos como ciclista amateur. Tenía un director deportivo que siempre me decía: "Pasa, si quieres ser profesional hay que hacer algo importante en alguna carrera del País Vasco"
Es la cuna del ciclismo y se percibe; Orozko es un ejemplo. Cuando llegué a este precioso municipio vizcaíno comencé a ver a un sinfín de antiguos compañeros de pelotón, algunos incluso con los que no llegué a correr pero que fueron ciclistas que seguía y admiraba en mi etapa cadete o junior.

Por la calle contigua subían conversando Castroviejo y Fraile, dos grandes que dejan el profesionalismo este año. Al otro lado bajaba su bici del coche César Solaun, con maillot de Banesto y culote de la fundación Euskadi. Una grupeta de ciclistas de Kern Pharma y Euskaltel Euskadi pasaban a mi lado. Yo quería aparcar ya y formar parte de todo aquello, quería enfundarme ropa, casco y poner a rodar la bici.
El clima acompañaba, muy buena temperatura y sin lluvia. Ahora había que llegar al epicentro del Criterium y yo no conocía el lugar. Me detuve para escuchar bien la megafonía que sonaba a lo lejos y que el ruido del buje no me entorpeciera. Sí, no había duda. Ahora era sencillo, dirigirme hacía donde el gran Juan Mari Guajardo hacía su impecable labor. En la plaza ya estaba todo montado y el pavé de la calle esperaba con ansía a los tubulares y cubiertas de las bicis. Me quedé un rato apoyado en el manillar y observando. Puse las gafas en el casco para ver mejor, para ver sin filtros. El ciclismo de antes se fusionaba con el actual. Maillots de la Once con los de Ineos, maillots de Burgos Burpellet BH con los de Sky, maillots de UAE con los de Artiach...que maravilla.
Café en mano y a saludar a unos y a otros, a recordar momentos, a preguntar: ¿qué tal estás? ¿cómo va todo?
Un fuerte aplauso interrumpió una de mis conversaciones con David López, Jose Antonio Garrido, Felix García Casas y Carmelo Miranda. El pelotón de las féminas comenzaba a rodar por el circuito circular. Muy buena participación con la ciclista de Movistar Team Olivia Baril o las ex profesionales pero siempre ciclistas Iosune Murillo y Lourdes Oiarbide, entre otras. Seguían formándose corrillos en la plaza en los que intuía grandes anécdotas, lo digo por las carcajadas que soltaban los protagonistas.

El público veía y animaba al pelotón en la línea de meta, frente al camión podio, y aprovechaba el poco tiempo hasta el siguiente paso para girarse y observar todo lo que os he contado. El criterium ofrece recuerdos y ciclismo a un lado y a otro de las vallas. Para mí fue un privilegio rodar con todos los participantes por las calles de Orozko, fue un regalo. Por último les tocaba pedalear a los profesionales en activo pero no sin antes aplaudir con fuerza a Fraile y Castroviejo, bonito homenaje por su trabajo en el pelotón internacional durante años. Podéis sentiros muy orgullosos, chavales.
Arrieta, Carlos García Pierna, Samitier, Azparren o el canadiense de Ineos Michael Leonard enfilaban el grupo. Sí, la velocidad era considerablemente más alta que la de nuestra manga pero no era un día para mirar números en el potenciómetro, si lo hacías corrías el riesgo de perderte demasiado. Podio final y a disfrutar de una excelente comida que se alargó durante horas y horas. Y es que había tanto que contar y recordar, que necesitábamos todo el fin de semana para remediarlo. Enhorabuena a Carlos, a toda la organización y voluntarios. Gracias por generar estos eventos que fomentan la práctica deportiva en jóvenes y adultos y también son una herramienta fabulosa para que sigamos todos en contacto y nos abracemos, aunque sea una vez al año. Y lo mejor de todo, seguimos siendo ciclistas aunque pasen los años.




