Debusschere cierra su círculo profesional

Tres temporadas después de su estreno en la atípica edición de 2020, el Tour de Francia regresó al Col de la Loze sin unos cuantos protagonistas de la primera ascensión. Entre las ausencias, y al margen de quienes brillaron, faltó también a un nivel más modesto otro destacado en el sentido opuesto, Jens Debusschere, por entonces corredor del B&B-Vital Concept, cuya desaparición en el último otoño le dejó fuera del ciclismo profesional. La imagen de su decepción tras acabar fuera de control después de sacrificarse en favor de Bryan Coquard acabó siendo uno de los momentos para el recuerdo de aquel año (ver foto inferior). A finales del mes de junio, Debusschere volvería a ser protagonista en los días previos al comienzo del Tour por motivos bien diferentes. La prensa de su región se hacía eco de su retirada definitiva del ciclismo tras competir durante los últimos meses en pruebas de bicicleta de montaña, gravel y del calendario nacional de Bélgica. El fiasco del proyecto de primerísimo nivel que Jérôme Pineau quiso poner en marcha le abocaría a una salida forzada del campo profesional para esta temporada y, como mal menor, y para evitar que la mala praxis de un mánager fuese la que le retirara, quiso adueñarse del momento de su adiós. Inspirado al ver a un corredor de ciclocross compitiendo como independiente con sus patrocinadores personales, decidió poner en marcha su propio equipo. Gracias al apoyo de Yaro, empresa de transportes, y Belisol, un clásico patrocinador del ciclismo flamenco para el que ya había competido con el maillot del Lotto, organizó en tiempo récord su formación junto a su cuñado, Jürgen Roelandts -director en Movistar Team-, con la participación en el Campeonato Nacional de ruta como hito para cerrar simbólicamente su ciclo en la élite del ciclismo flamenco justo en la prueba que le catapultó hacia ella tras ganar en 2014. Las similitudes del trazado de este año, sin apenas dificultades, con el de Wielsbeke donde se impuso hace nueve le hicieron soñar despierto en un primer momento, y declarar incluso que pensaba en llevarse nuevamente el driekleur. La lógica se impuso y Jens Debusschere, ganador de A través de Flandes y numerosas etapas de vueltas y pruebas de un día en su país, apenas destacó durante este tiempo, donde alternó las kermesses con las carreras sobre ruedas gordas. Su paso por el Nacional se saldaría con un abandono que al final sería lo de menos, y al día siguiente, feliz y tras dedicar incluso en sus perfiles en redes sociales un poema al que fue su medio de vida en los últimos once años, celebró junto a su gente de confianza su despedida como corredor. Los últimos meses sirvieron además para descubrir que él era quien se ocultaba tras la figura del 'espía en el pelotón' de la televisión pública flamenca. Regularmente firmaba crónicas en la web del canal Sporza comentando de primera mano parte de lo que se cocía y sentía dentro del grupo. Pese a las sospechas de muchos, compañeros incluidos, Debusschere nunca fue descubierto hasta que lo reveló el pasado febrero.

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