Dylan van Baarle (INEOS Grenadiers) se ha adjudicado la 119 edición del Infierno del Norte (la más rápida de toda su historia) con un ataque imparable dentro de los últimos 20 kilómetros. El corredor holandés fue uno de los más activos durante los 257 kilómetros de recorrido y pudo celebrar en la línea de meta su victoria más importante hasta el momento. Detrás de Van Baarle entraron Wout van Aert (Jumbo Visma) y Stefan Küng (Groupama FDJ).
"𝐈 𝐜𝐨𝐮𝐥𝐝𝐧’𝐭 𝐛𝐞𝐥𝐢𝐞𝐯𝐞 𝐢𝐭 𝐰𝐡𝐞𝐧 𝐈 𝐰𝐞𝐧𝐭 𝐨𝐧 𝐭𝐨 𝐭𝐡𝐞 𝐯𝐞𝐥𝐨𝐝𝐫𝐨𝐦𝐞."
— INEOS Grenadiers (@INEOSGrenadiers) April 17, 2022
Finishing #ParisRoubaix solo. A dream for any rider. Today it came true for @DylanvanBaarle.
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Si un equipo puso toda la carne en el asador para llevarse la carrera ese fue el propio INEOS Grenadiers. La escuadra inglesa sorprendió a propios y extraños cuando aprovechó el fuerte viento lateral (a falta de 210 kilómetros para la meta) y partió en dos el pelotón con un ritmo infernal. Esos abanicos dejaron dos grandes grupos y, en el segundo, favoritos como Mathieu van der Poel (Alpecin Fenix), Wout van Aert (Jumbo Visma), Christophe Laporte (Jumbo Visma), Kasper Asgreen (Quick Step Alpha Vinyl Team) o Stefan Kung (Groupama FDJ) cortados y en aprietos. Pocos movimientos tan tempranos se recuerdan en la historia de la París-Roubaix.
Una vez superada la sorpresa inicial, y visto que la diferencia entre ambos grupos llegó a superar el minuto y medio, el Alpecin Fenix tenía que trabajar a destajo en los siguientes kilómetros para cerrar el hueco. En cabeza se repetían las caídas, los pinchazos y los ataques infructuosos ... hasta que se movió Matej Mohoric (Bahrain Victorious). El esloveno saltó a falta de 109km y creó una grupeta bastante interesante que rodaría junta por un largo trecho.
El paso por el Bosque de Arenberg (2.3km y cinco estrellas) a falta de 90km supuso el inició de la disolución de la "escapada" y la reunión de los dos grupos que se habían escindido casi al inicio de la carrera. Una vez juntos otra vez todos los capos de la carrera, el Jumbo Visma, con el "gregario" Van Aert, puso ritmo en Orchies (1.7km y tres estrellas) como antesala al primero de los ataques del campeón belga de ciclismo en ruta.

Ese ataque de Wout van Aert redujo el pelotón a las piezas más codiciadas de la carrera: Mathieu van der Poel (Alpecin Fenix), Stefan Küng (Groupama FDJ), Ben Turner (INEOS Grenadiers), Dylan Van Baarle (INEOS Grenadiers), Yves Lampaert (Quick Step Alpha Vinyl Team), Florian Sénéchal (Quick Step Alpha Vinyl Team), Jasper Stuyven (Trek Segafredo) o Matteo Trentin (UAE Team Emirates).
El Mons en Pévèle (3km y cinco estrellas) fue el segundo escenario de los ataques de Van Aert. El demarraje sirvió para enfilar todavía más la carrera, meter más tralla a los favoritos y, en última instancia, absorber a Mohoric (que había pinchado). Con Tom Devriendt únicamente en cabeza (Intermarché-Wanty-Gobert Matériaux), ya bastante tostado además, no les fue complicado a Mohoric, Lampaert y Van Baarle alcanzarle y, posteriormente, sobrepasarle.
El movimiento de esos tres obligó al resto de corredores que andaban persiguiendo a movilizarse. Los primeros en saltar por detrás fueron Van Aert, Küng y Stuyven. Mathieu van der Poel no se mostraba capaz de seguir este acelerón y se quedaba más retrasado todavía. Aprovecharía, eso sí, que Stuyven iba a pinchar un poco más tarde para encontrar compañero de kilómetros.
Mientras atrás unos y otros saltaban en persecución, Dylan van Baarle mostraba en cabeza una gran condición física y un puntito superior. Del dicho, al hecho. El neerlandés entró al Camphin-en-Pévèle (1.8km y cuatro estrellas) y dejó con facilidad y a ritmo a Devriendt. Un poco más le costó descolgar a Mohoric y a Lampaert, pero también lo logró.

A falta de 17 kilómetros, Van Baarle atisbaba la posibilidad de obtener su victoria más importante en uno de los grandes monumentos de la temporada ciclista. Ni dudó, vaya. A pesar del esfuerzo que llevaba a sus espaldas, el neerlandés metió ritmo y siguió. Ni tiempo le dió a ver el Carrefour de lÀrbre.
Detrás se habían neutralizado Mohoric, Van Aert, Küng y Devriendt, no así Lampaert que se dió un golpe morrocotudo con un aficionado a falta de 7km. Pues bien, a pesar de estos tres monstruos tirando a relevo (y el cuarto invitado), Van Baarle entró a 1'47" del segundo y el tercero. Vamos que cuando Van Aert y Küng cruzaron la línea de meta el flamante ganador de la carrera ya se abrazaba con Dave Brailsford, el mánager del INEOS Grenadiers. ¿Qué tendrá este equipo que no les sale ni un corredor malo? Se preguntarán Van Aert y Küng. El caso, asoma una nueva estrella en el prestigioso INEOS.