Tras partiicipar el fin de semana en un acto de la Madrid-Segovia MTB, el cinco veces ganador del Tour y embajador de 123aCorrer, Miguel Induráin, tomó parte en una conferencia organizada por el Banco Santander -dentro de sus Santander Talks- en la que habló entre otros temas del hecho de que en el Tour de Francia que se está disputando estos días sólo haya una contrarreloj individual, de 36,2 km, que sea el penúltimo día de carrera y además acabe en un exigente puerto de montaña, La Planche des Belles Filles, tras una ascensión de 5,9 km al 8,5%:
Algo muy diferente a lo que ocurría en su época de ciclista, cuando el navarro aprovechaba las contrarrelojs llanas que siempre había -algunas de ellas de largo kilometraje- para marcar notables diferencias con sus rivales.
"Esto beneficia más a los escaladores. La contrarreloj es una especialidad difícil, que hay que dedicarle mucho tiempo. A mí me gusta que en una Gran Vuelta haya una etapa de lucha contra el crono. Son carreras completante diferentes cuando hay una contrarrelojn larga que cuando no la hay. En este caso las difrencias son menores y los ciclistas son más conservadores", dice Induráin.