Exhibición de Lizzie Deignan (Trek-Segafredo) para inaugurar la Paris-Roubaix femenina

La británica atacó en el primer tramo adoquinado, con 80 km por delante, y supo gestionar su diferencia hasta el final, a pesar del empuje de Marianne Vos (Jumbo-Visma) en los últimos kilómetros. Tercera posición para la campeona italiana, Elisa Longo-Borghini, cerrando un día perfecto para Trek-Segafredo.

Víctor Marcos. Fotos: Bettini Photo

Deignan, vencedora en Roubaix
Deignan, vencedora en Roubaix

La primera edición de la Paris-Roubaix femenina no ha podido tener un desarrollo más dantesco. Viento, barro, frío y lluvia esporádica han hecho de la carrera un auténtico ejercicio de supervivencia donde la más fuerte ha sido la ciclista británica, ex campeona del mundo, Lizzie Deignan (Trek-Segafredo), que se ha impuesto en solitario con 1'17'' de ventaja sobre otra ex campeona mundial, Marianne Vos (Jumbo-Visma), y 1'47'' sobre la vigente campeona italiana, Elisa Longo-Borghini, también del Trek-Segafredo.

Deignan aceleró el ritmo en el primer tramó de pavé, con 82,5 km por delante, y al ver que no la seguía nadie, decidió continuar con su aventura en solitario. A 20 km del final llegaría el contraataque de Marianne Vos, en el sector de Camphin-en-Pévèle. La neerlandesa, con un ritmo endiablado, empezó a recortar rapidamente la ventaja sobre Deignan a lo largo de los últimos tramos adoquinados, pero con la llegada de las carreteras asfaltadas, Vos perdió algo de fuelle y no pudo evitar la tremenda victoria de la británica.

Sheyla Gutiérrez (Movistar), única participante española, finalizó en el puesto 46 (de 59 que finalizaron...) a 11'32'' de la vencedora.

 

 

Día histórico para el ciclismo el que hemos vivido hoy con la celebración, por vez primera, de la Paris-Roubaix femenina. El 'Infierno del Norte' se encargaba, además, de recibir a las ciclistas con todos los ingredientes necesarios que lo han hecho famoso a lo largo de los años: frío, viento, barro y una lluvia intermitente que transformaba algunos tramos de pavé en algo parecido a una pista de patinaje.

Tras un inicio pausado y cauto, de toma de contacto con el terreno, los primeros movimientos llegarían a cargo de Nicole Steigenga (Doltcini-Van Eyck) y Emilie Moberg (Drops-Le Col). Pero sería Lizzie Deignan la encargada de dinamitar la carrera desde el primer sector de pavé. La británica se marchaba con una efímera ventaja de 30'', ante la sorpresa de unas rivales -Vos, Kopecky, Majerus, Brennauer- que consideraron el movimiento de la británica como una locura, con buena parte del recorrido por delante.

Deignan se adaptó como nadie a las durísimas condiciones de la carrera.
Deignan se adaptó como nadie a las durísimas condiciones de la carrera.

Casi de forma simultánea, las caídas obligaban a abandonar a otra de las favoritas, Annemiek van Vleuten (Movistar), aunque su joven compañera, la danesa Emma Norsgaard, se encargaría de dejar bien alto el pabellón del equipo telefónico con el 6º puesto final.

La fortaleza de la corredora de Trek-Segafredo y su buen rodar sobre los adoquines, unida a la falta de acuerdo y la dificultad de pedalear en grupo por algunos sectores tremendamente peligrosos, hizo que pronto la ventaja de Deignan superara los dos minutos. En Mons-en-Pévèle, a unos 45 km de meta, se iba al suelo, entre otras, la reciente campeona del mundo, Elisa Balsmo (Valcar), en un grupo donde Majerus intentaba imprimir mayor velocidad, sin encontrar apenas colaboración.

 

 

Otro de los 'puntos negros' del día, el sector de Camphin-en-Pévèle, a 18 km de Roubaix, servía de escenario a Marianne Vos para lanzar su ofensiva desde el grupo perseguidor. Un grupo donde buenas aspirantes al primer trono del 'Infierno del Norte' como Van Dijk, Majerus y Biannic se iban al suelo, sufriendo duras caídas, perdiendo todas sus opciones.

El tremendo ritmo de Vos en los últimos sectores de pavé, recortando hasta en un minuto la ventaja de Deignan, por momentos nos hizo pensar en una remontada épica. Pero la neerlandesa fue quedándose sin gasolina a medida que nos acercábamos al velódromo, mientras que la británica, regular y consistente, supo administrar hasta el último gramo de fuerza para alzarse como la primera vencedora de la Paris-Roubaix femenina, tras una cabalgada en solitario antológica.

 

Clasificaciones

 

 

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