Fotos: Tim de Waele
El incansable Thomas Voeckler, un pelón galo, que sólo muere por valiente, que ayer se quedó a las puertas del triunfo, que midió mal la distancia, que se equivocó con su disparo, volvió a lucir la bandera francesa, campeón nacional, orgullo local, en el último kilómetro de la segunda etapa del Dauphiné Libéré. El estandarte del nuevo Europcar, del antiguo Bbox Bouygues Telecom, del sueño hecho realidad de Jean-René Bernaudeau, echó mano de sus fuerzas, apretó dientes, agarró con fuerza el manillar y saltó del pelotón con la victoria como objetivo. La que no consiguió porque Cofidis, trabajando en pleno para Samuel Dumoulin, su hombre rápido, no le dejó más metros de los necesarios.
Aún así, con los chicos de rojo y blanco a su estela, Voeckler aguantó hasta los últimos metros, en los que despegó Dumoulin, pequeño y veloz, que ya sentía suyo el triunfo, que se preparaba para celebrar su quinta victoria del año. A su rueda, su verdugo. John Degenkolb, alemán, 22 años, otra máquina del HTC-HighRoad, apareció de la nada y se marcó la obra más importante de su carrera deportiva.
Degenkolb ganó con una superioridad aplastante, digna de Cavendish, de Greipel, de los más rápidos. Tras él, Dumoulin, que acabó, a unos metros, segundo, y Sébastien Hinault, otro francés, éste del Ag2r, tercero. Un catalán que viene del Giro, Joaquim Rodríguez, volvió a dar al palo, a meterse en la lucha por el triunfo y quedarse a nada de ganar la batalla. Fue quinto. El líder de la cita gala sigue siendo el kazajo Alexander Vinokourov, con once segundos sobre Jurgen Van den Broeck, brillante ayer, y Bradley Wiggins.
FOTOS. Dauphiné Libéré. 2ª etapa: Y entre franceses, Degenkolb
Lo intentó Voeckler y lo intentó Dumoulin, pero fue el alemán quien se alzó con la victoria en la segunda etapa con tremenda facilidad. 'Purito', cuarto

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