"Gracias a mi hermano, que siempre me da fuerzas desde arriba, he podido conseguir esta victoria". Habla Luis León Sánchez, el murciano que acaba de derrotar a un alemán que nació doce años antes que él, quien ya levantaba los brazos cuando apenas el pequeño Luisle sobrepasaba su primera década de vida. Habla Luis León tras superar a uno de esos huesos del pelotón, bravos corredores que de la experiencia hacen su mejor arma. "Sólo podía ganar uno y me ha tocado a mí", así de fácil resume su victoria. "Le he felicitado. Él también se lo merecía".
Ganó Luisle porque fue el mejor de un duelo de listos convertido en un juego de pillos. A ver quién ahorraba más energía en los relevos, a ver quién lanzaba primero el sprint, a ver quién llegaba a los últimos kilómetros por delante, vigilante, sin opción a la sorpresa, quién por detrás, a rebufo. Una pelea de dos valientes, duros y repletos de clase, de mucha clase. Cara a cara dos corredores importantes, con el botín ya lleno de carreras de renombre. Salió vencedor uno, el más joven, como pudo salir el otro, el más mayor, ya 40 años que serán 41 en septiembre, el abuelo admirado por todos.
Luis León Sánchez aguardó su momento, agazapado tras la rueda trasera de Jens Voigt, el eterno alemán, y remontó hacia el triunfo cuando apenas quedaban metros para atravesar la línea de meta, la que a punto estuvo de cruzar segundo, porque el del RadioShack se aferró a la gloria. Quería ganar, así que apretó dientes, endureció sus piernas rozando la explosión y acabó cediendo unos centímetros que el joven hambriento aprovechó para vencer, para sumar su cuarta victoria parcial en su carrera ideal, la que se llevó en 2009, en París-Niza, en su territorio perfecto, la tierra gala de sus amores.
El dedo en la boca, modo chupete, en honor a su hija nacida el pasado año, el dedo apuntando al cielo, en recuerdo de su hermano fallecido, fue la imagen final de una película que había comenzado mucho antes, allá desde el comienzo de la etapa, cuando se cortó el pelotón en dos. Fue el principio de una pelea inesperada. El grupo trasero, en el que estaba Alejando Valverde y todos los suyos, luchó para alcanzar al grupo delantero, en el que se encontraban, además de Luisle y Voigt, entre otros, Andréas Klöden, Levi Leipheimer y Bradley Wiggins, el líder. Tras casi cuarenta kilómetros de tensión, Movistar reenganchó a Valverde y unos cuantos aprovecharon el movimiento para seguir con la aventura.
Dani Navarro, del Saxo Bank, Mickael Cherel, del Ag2r, Anthony Geslin, del FDJ-BigMat, Frederik Veuchelen, del Vacansoleil, Simon Geschke, del Project 1t4i, y los ya mencionados Luis León Sánchez y Jens Voigt, formaron una fuga que aguantó hasta los acelerones del murciano, que no paró hasta quedarse a solas con el más veterano. A partir de ahí, sucedió lo que ya conocen. El español ganó y lanzó al aire un deseo: "Me gustaría que ganara París-Niza Alejandro Valverde porque entreno con él, porque es mi amigo".
FOTOS - Un duelo de alto voltaje
Luis León Sánchez se apuntó la sexta etapa de París-Niza tras batir al eterno Jens Voigt. Bradley Wiggins sigue de amarillo
