Fotos: Rafa Gómez
Era septiembre y se salía de Valladolid, como hoy, y se llegaba a Salamanca, también como hoy. Era la Vuelta a España y un gallego que a todos cae bien, simpático y tímido, ahora en pausa por un positivo que aún no se sabe si fue positivo, si tomó algo ilegal, calentaba sus piernas, sus brazos, amaestraba a su propia cabeza, rezaba a Santiago, se preparaba para la batalla de la Bola, el balcón de Madrid, el camino estrecho de cemento, 3.000 metros mortales, épicos y emocionantes. La batalla de la Bola que fue la batalla de Mosquera contra Nibali, la de un viejo humilde contra la de un joven sin miedos, la de lo antiguo contra lo nuevo, la del ciclismo añejo contra el ciclismo del presente, del futuro. Salamanca, la ciudad del Marqués Del Bosque, fue testigo de esa preparación, de los nervios que saltaban por el pelotón, de la tensión producida por la competición, por un momento que se preveía histórico, escenas para siempre, para el libro del ciclismo. Por sus calles pasaron Mosquera y Nibali, también Cavendish, el chico malo del HTC que despega a toda velocidad cuando huele un sprint, una llegada llana, en grupo. Aquel día ganó, conducido por su magnígico Goss, uno de sus lanzadores, el mismo que hace poco se apuntó la Milán-San Remo, su tercera victoria en la Vuelta 2010.
De aquello hace ya siete meses, y hoy, en su segunda etapa, la más larga, 213 kilómetros, la Vuelta a Castila y León ha repetido punto de partida y punto final, salida y meta. Ninguno de los protagonistas de ese día de septiembre estaban presentes en el inicio de Valladolid. El Xacobeo Galicia ya no existe, Mosquera está apartado por su nuevo equipo, el Vacansoleil, Nibali prepara por otro camino el Giro de Italia y Mark Cavendish, el triunfador, tampoco se inscribió para seguir con su puesta a punto en Castilla y León, su HTC-HighRoad ni siquiera corre. Panorama que no permitió volver más de la cuenta la mirada al pasado más cercano, recordar tiempos mejores, cuando el ciclismo español recuperaba su grandeza, aficionados en las cunetas, en cada rampa, en cada puerto, en cada carretera, en cada montaña.
Salamanca buscaba relevo para Cavendish y lo encontró en Fran Ventoso, el cántabro de Reinosa que ayer venció, que ya cuenta cuatro triunfos en los cuatro meses de 2011 que lleva pedaleando. Enrachado el hombre más feliz de Eusebio Unzue, que le sacó del Carmiooro para devolverle al primer escalón mundial. Cumple Ventoso, 28 años, casi 29, los hará el 6 de mayo, igual que Roman Kreuziger, el checo del Liquigas, de forma sobrada, como hoy ganó, con la tarea asignada, por encima de los objetivos apuntados en su cuaderno de ruta. Repitió alegría. Hizo bueno el brillante trabajo de sus escoltas, de sus nuevos compañeros.
Porque el Movistar trabajó y neutralizó, junto a Geox, después de que Saxo Bank controlara la etapa, a los locos que salieron del pelotón buscando un premio casi imposible, uno muy valioso y querido por muchos. Eran dos vascos, Víctor de la Parte y Beñat Urain, un navarro, Daniel Sesma, un sevillano que ayer también lo intentó, Javier Ramírez Abeja, y uno de cerquita, abulense, Rubén Jiménez. A 12 kilómetros se quedaron sin esperanzas. Fue antes de que Sky entrara como una moto, con cinco hombres al servicio de Roussel Downing, un velocista de 32 añitos, su bala más letal, que sólo pudo ser tercero, tras Ventoso, tras Sergio Ribeiro, un portugés del Barbot, por delante de Aitor Galdós, ex de Euskaltel, ahora en el Caja Rural. El equipo británico, el de la tecnología, el de las innovaciones, evitó que ningún otro aventurero, como el colombiano Iván Parra, como el madrileño Carlos Verona, que lo probaron cuando la jornada ya decía adiós, a menos de 10 kilómetros de meta, saltase del pelotón y pusiese en peligro el sprint y la posterior exhibición de Fran Ventoso, que fue el más rápido en lanzar la llegada. Se puso en cabeza y ya nadie le adelantó. Ganó por segundo día consecutivo. Dos de dos. Y el lugar más alto de la general de la Vuelta a Castilla y León sigue llevando su nombre y apellido, el de un chico de Cantabria que da al Movistar la octava victoria de su nuevo capítulo.
FOTOS. Vuelta a Castilla y León. 2ª etapa: Monopolio de Ventoso
Dos de dos y liderato para el velocista del Movistar
