Giro de Italia 2011: El Giro se enreda con el Crostis

La organización planta a los equipos en la última reunión que discutía el paso del pelotón por la peligrosa bajada en la etapa que acabará en el Zoncolán. No habrá coches de equipo ni ambulancia y tampoco estará permitida la presencia de aficionados en la bajada

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Giro de Italia 2011: El Giro se enreda con el Crostis
Giro de Italia 2011: El Giro se enreda con el Crostis

En un Giro terrorífico, de montaña salvaje y escalada latente. En la carrera más agónica por muros, cimas y volcánicas ascensiones, son los descensos lo que preocupan. Al cielo no se puede ascender por un barranco. El Giro grita, sonido de ciegos. Vista de sordos. Nadie escucha a nadie en el debate del Crostis. Entre el deber y el hacer hay un mundo, son dos puntos cardinales de un mapa que no se unen, dos localizadores a los que nada les hilvana representados en un plano contrapuesto, de esquina a esquina. Así llevan sentándose desde el pasado domingo corredores y equipos por un lado y organización del Giro por otra. Ni se acercan tronos ni posturas. La última contraposición vino en la mañana soleada de Tortoreto, la salida de la undécima etapa. Allí se reunieron primero todos los equipos con la organización del Giro. Protestaron las escuadras que, si las leyes se cumplen a rajatabla para unas cosas, debería ser para todo también velando por la seguridad de los ciclistas. Ni caso. Después la reunión fue más íntima. Reducida a los dirigentes del Saxo Bank, el Liquigas, el RadioShack y Rabobank. Mismo resultado. El Giro se enfadó cuando uno de los técnicos le recordó que "como en el caso de Weylandt, si pasa algo será por culpa vuestra". Enfurencieron.

Intentaron explicarles las medidas, "pero no han quedado muy claras", espetó Contador, antes de asomarse a los barrancos, "innecesarios e inútiles", del Crostis. No habrá durante el descenso más servicios médicos que un doctor encima de una moto. Nada de ambulancias. Ni coches. Miedo por inseguridad. Achanta el Crostis por sus primeros siete kilómetros de descenso sin pavimento, un falso llano que es un precipicio de suelo aglomerado, una mezcla de cemento y tierra. Esa etapa, con final en el Zoncolán viene siendo la mas rebatida. "El Crostis que vieron los ciclistas no es el mismo que el de ahora", defiende Zomegnan el suelo mejor pavimentado y la tierra prensada

Plante de la organización a los equipos
El domingo, tras la etapa del Etna y antes de montarse en el avión de camino a Pescara donde el Giro descansó, Mauro Vegni, director de la carrera y Thierry Dederen, presidente del jurado llamaron a Contador, Nibali, Garzelli, Milar y Cioni para mostrarles el video con las mejoras que este mes ha visto el descenso. La organización del Giro ha colocado redes como las que protegen las pistas de esquí e los puntos más peligrosos y colchonetas amarillas. El color del peligro. "Si estamos viendo la necesidad de colocar esa redes porque nuestra vida está en peligro es que algo no estamos haciendo bien. Echo de menos algo de cordura", protesta Joaquim Rodríguez. "Era un aceptar sí o sí, como una imposición. Además, una cosa es lo que se ve en el video y otra muy distinta la realidad", comentó después del encuentro con la organización Contador. "Digan lo que digan, el Crostis se subirá", avisó ya Zomegnan, el director del Giro que no estuvo presente en la última reunión, ayer por la mañana de todos los equipos con la dirección.

Zomegnan viajó a Bélgica para estar presente en el funeral por Wouter Weylandt. Allí se le vio atento, respetuoso pero con el teléfono móvil siempre a la vista. No paraba de sonar. Le avisaban de que la dirección del Giro de Italia se levantó, rabiosa, cuando los equipos pusieron pegas a las medidas de seguridad ideadas para el sábado. Cada equipo dispondrá de una moto en la bajada, pues los coches no tendrán permitido, como ningún aficionado estar en el descenso, para que un mecánico lleve una rueda delantera y una trasera. Otras motos ocuparán las estrecha e infernal carretera camino del infierno con médicos a sus lomos. Los directores se reincorporarán a los pies del Zoncolán, el verdadero punto caliente de la etapa. Emoción y seguridad. "Es excesivo e inutil. No vale la pena", brama Contador pero da igual. Diálogo de sordos.