El ciclismo se lo debía. Le había dado mucho, claro, pero también le había arrancado un trozo de su corazón. Ese trozo que quedó allá tirado en algún lugar de La Planche des Belles Filles, el escenario maldito para él, donde perdió un Tour de Francia que creía ganado. Se lo birló un imberbe compatriota y una buena dosis de mala suerte. Y es que Primoz Roglic (Jumbo-Visma) es un tipo al que Fortuna, de vez en cuando, le da la espalda. Como se la volvió a dar en la penúltima etapa del Giro de Italia 2023, en plena remontada, encendido en la parte final de la cronoescalada al Monte Lussari. Un bache y una cadena fuera congelaron las pulsaciones de todos.
🤩 𝐈𝐋 𝐒𝐎𝐆𝐍𝐎 𝐃𝐈𝐕𝐄𝐍𝐓𝐎 𝐑𝐄𝐀𝐋𝐓𝐀́.
— Eurosport.es (@Eurosport_ES) May 27, 2023
💗 𝐏𝐑𝐈𝐌𝐎𝐙 𝐑𝐎𝐆𝐋𝐈𝐂, 𝐂𝐀𝐌𝐏𝐄𝐎́𝐍 𝐕𝐈𝐑𝐓𝐔𝐀𝐋 𝐃𝐄𝐋 𝐆𝐈𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐈𝐓𝐀𝐋𝐈𝐀 𝟐𝟎𝟐𝟑.
🔥 El esloveno arrebata la maglia rosa a Thomas en Monte Lussari en su revancha personal de La Planche. pic.twitter.com/Ax3lPQTasD
Otra vez la mala suerte parecía cruzarse en su camino. En el camino de un tipo tranquilo y educado que nunca se sale del tiesto. Como Geraint Thomas (INEOS Grenadiers), otro caballero del deporte. Dos bloques de hielo para un duelo sólo apto para corazones fuertes. Como el que tuvo el esloveno en el momento clave. Se bajó de la bici, trató de que la cadena volviera al lugar del que nunca debería haber salido y, cuando vio que no era posible, esperó la bici que le trajo un auxiliar desde la moto.
Y, entonces, volvió a la carga. A martillear los pedales. A reventar el asfalto. A fabricar su primer Giro de Italia metro a metro, rampa a rampa. Primoz, 33 años y tres Vueltas, devoró el Monte Lussari y sus 7,8 kilómetros al 11,2%, que era la ascensión que ponía punto y final a una crono de 18,6 km y para la que la mayoría de los ciclistas tuvieron que cambiar de bici. La cabra por la escaladora, aunque en el caso de Thomas cambió hasta el casco.
De poco le sirvió al británico tanto cambio. Ni la maldita cadena de Roglic –bendita para él, le valió para aguantar los 26 segundos de ventaja con los que partía en el penúltimo envite del Giro más aburrido que se recuerda. Sólo la emoción final pasará a los anales de la historia de la corsa rosa. Esos kilómetros en los que un esloveno se zampó Italia para asestarle un golpe de 40 segundos a un galés y robarle la maglia por 14 segundos. El ciclismo le devuelve el penúltimo día de una grande lo que un penúltimo día de otra grande le quitó.
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