El suizo del UAE Team Emirates Marc Hirschi se adjudicó este sábado la edición 43 de la Clásica de San Sebastián, en el que fue decisivo, como se preveía, el paso por el alto de segunda categoría de Pilotegi, a menos de diez kilómetros de meta y donde se escapó junto al francés Julian Alaphilippe (Soudal Quick-Step), al que venció en un apretado sprint.
𝐇𝐈𝐑𝐒𝐂𝐇𝐈 𝐓𝐗𝐀𝐏𝐄𝐋𝐃𝐔𝐍 🎩🎩🎩
— Eurosport.es (@Eurosport_ES) August 10, 2024
Marc Hirschi bate a Julian Alaphilippe en el mano a mano final y se pone la txapela en San Sebastián tomando el testigo de Evenepoel.#Klasikoa2024 | #LaCasadelCiclismo pic.twitter.com/nPyfpPwHhs
La Clásica siguió un guión que se viene repitiendo prácticamente cada año, con pequeños intentos de fugas desde los primeros kilómetros hasta que alguna de ellos cristaliza.
La escapada de la edición 2024 la protagonizó un grupo amplio de corredores entre los que destacaban Simor Carr y Jesús Herrada, que comenzó a coger una renta cada vez más amplia con la complicidad de un pelotón que se reservaba de momento.

Los escapados siguieron incrementando su renta y en el primer paso por meta, ya en la capital donostiarra pero a más de 90 kilómetros de la llegada, las diferencias superaban los cuatro minutos y empezaban a encenderse las alarmas en un pelotón que transitaba agrupado y a la expectativa.
Llegaba uno de los momentos de la jornada con la subida al puerto de Jaizkibel en el que Simon Carr, que hace escasas semanas ganaba el Gran Premio de Villafranca en la localidad guipuzcoana de Ordizia, se ponía serio y dejaba a sus compañeros de fuga para coronar en solitario el alto de segunda categoría antaño decisivo y ahora importante por los kilómetros que restan hasta la meta.

Las cosas se pusieron todavía más serias en el segundo gran obstáculo de la jornada, un alto de Erlaitz en el que Carr cedió el progagonismo primero a Julian Alaphilippe y luego al francés de origen ruso Pavel Sivakov, ganador de la Vuelta a Burgos en 2022 y que era ya un candidato serio para hacer algo grande en esta carrera.
Sivakov se hizo enorme en la cima de Erlaitz al tiempo que se esfumaban las posibilidades para un Jonas Vingegaard que desaparecía agotado de la primera línea, pagando el esfuerzo del duro trazado de esta prueba.
Sólo quedaba un tercer gran obstáculo para el futuro ganador y estaba situado a menos de diez kilómetros para la meta, en el novedoso en esta edición alto de Pilotegi, que incluye una rampa del 27%, y que Sivakov después de acreditar sus dotes de rodador comenzaría a ascender en solitario.
Detrás, con 20 segundos de retraso, llegaba un grupo que quería cazar a toda costa al galo y entre ellos estaba el californiano Neilson Powless, que defendía el título conseguido el pasado año, junto a Mikel Landa, Del Toro o Alaphilippe entre otros ilustres.
Alaphilippe atacó en Pilotegi y se llevó consigo a Hirschi, peligroso compañero de viaje que fue tercero en esta carrera en 2019 y que en los metros finales tiene una punta de velocidad mayor que la del francés.
Así fue y en la línea de meta del Kursaal donostiarra el suizo no dio opción a un Alaphilippe que lo peleó hasta el último metro en su lucha por repetir su triunfo en la capital guipuzcoana de 2018.
CLASIFICACIONES
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