El hombre y la tierra: la fauna ibérica se cuela en La Vuelta

Tuvo que ser en Cazorla, el paraje montañoso jienense que conocimos y ubicamos quienes superamos la cuarentena gracias a El hombre y la Tierra, documentales televisivos de fauna ibérica del doctor Félix Rodríguez de la Fuente. Allí donde se nos mostró el ciclo vital de águilas, muflones, ciervos o cabras montesas, una manada de corzos irrumpía bruscamente en la calzada cuando la octava etapa de esta última Vuelta atravesaba sus dominios. Fue a quince kilómetros de la llegada cuando tres ejemplares cruzaron sucesivamente a la vez que transitaba la carrera. El primero impactó con Txomin Juaristi y Giulio Ciccone, que se acabaría retirando pocos días después tras sufrir un golpe en la rodilla. El segundo saltó momentos después por encima del corredor vasco cuando era asistido, y el tercero, el menos afortunado, se estrelló contra la baca de uno de los coches del Euskaltel- Euskadi. Tras unos momentos de forcejeo con las bicicletas entre las que quedó enganchado, logró escapar dejando numerosas averías como balance de un incidente que pudo haber terminado mucho peor. La presencia de fauna al borde de la ruta nunca ha casado bien con el ciclismo. Históricamente, y más ahora cuando casi todo queda registrado, abundan los ejemplos de infortunios de mayor o menor gravedad con animales. La propia Vuelta ya había vivido tiempo atrás, justo a mediados de la década de los ochenta, precisamente cuando se emitía y reemitía El hombre y la Tierra, un agitado episodio camino de Lugo con un perro y dos ciclistas como protagonistas. Casi cuarenta años después, aún es frecuente leer reseñas y alusiones a las impactantes imágenes de ese duro momento, cuyas consecuencias fueron, como en Cazorla, por fortuna menores de lo previsible. Poco antes de atravesar La Coruña en la primera mitad de la cuarta etapa de la edición de 1985, un perro pastor de nombre 'Yeti' saltaba asustado al paso del pelotón e impactaba con dos de sus integrantes a los que tiraba al suelo, Jaume Salvà y Ludo Loos. Con el primero caído en medio de un charco de sangre y el segundo tambaleándose a su lado, llegaba la providencial intervención de Fernando Astorqui, el doctor de la carrera, que practicó la respiración asistida a Salvà después de quitar de su boca la sangre que había estado a punto de ahogarle sobre el asfalto. Operado de urgencia poco más tarde en un hospital coruñés, el mallorquín quedó fuera de peligro y ya recuperado pudo proseguir con su trayectoria deportiva, con un regreso incluido a la propia Vuelta dos años después. Por su parte, Loos, integrante del modesto Dormilón dirigido por Maximino Pérez, se llevó la peor parte pese al menor impacto inicial. Lesionado de una vértebra, también consiguió recuperarse y volver a la competición, pero debió retirarse al año siguiente por las molestias derivadas de aquel incidente. Notable en la montaña, el belga había llegado incluso a imponerse en una etapa alpina del Tour de Francia en 1980. Ese triunfo le supuso una felicitación directa por telegrama del mismísimo Eddy Merckx, su antiguo compañero en el equipo C&A, desde el que precisamente se despidió del ciclismo profesional mediada la temporada '78.

El hombre y la tierra: la fauna ibérica se cuela en La Vuelta

La presencia de fauna al borde de la ruta nunca ha casado bien con el ciclismo. En este artículo recordamos lo ocurrido en la 4ª etapa de La Vuelta 1985, cuando un perro pastor de nombre 'Yeti' saltó asustado al paso del pelotón e impactó con Jaume Salvà y Ludo Loos.

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