El danés Jakob Fuglsang (Astana) se impuso con autoridad este sábado por delante del neozelandés George Bennett (Jumbo Visma) y del ruso Aleksandr Vlasov (Astana) en la 114 edición de Il Lombardía, con un recorrido de 231 kilómetros entre Bérgamo y Como.
Fuglsang, de 35 años, lanzó el ataque decisivo a 6,5 kilómetros del final, en la subida al San Fermo de la Battaglia, y acabó la prueba en 5 horas, 32 minutos y 54 segundos, lo que le permite añadir a su palmarés un segundo 'monumento', tras la Lieja de 2019.
La carrera estuvo marcada por el grave accidente sufrido por el joven belga Remco Evenepoel (Deceunick QuickStep), quien cayó por un barranco de unos cinco metros ubicado en la bajada de Sormano, tras chocar con el lateral del puente, y quien fue llevado de forma inmediata al hospital de Como. En principio, se descartan lesiones graves, pero aún está por confirmar el parte médico definitivo.
La prueba de este año, segundo 'monumento' del año tras la Milán-San Remo, se abrió en Bérgamo, una de las ciudades más afectadas en Italia por la pandemia de coronavirus, con un minuto de silencio en memoria de las víctimas.
Precedió al comienzo de una carrera exigente, disputada bajo más de 30 grados, en la que figuraban participantes ilustres como el ecuatoriano Richard Carapaz (Ineos), vigente campeón del Giro de Italia, Vincenzo Nibali (Trek Segafredo), doble campeón de Il Lombardía, Bauke Mollema (Trek Segafredo), vigente campeón, o George Bennett (Jumbo-Visma), reciente ganador en el Gran Piamonte. Sin olvidar a dos de las jóvenes revelaciones de la temporada pasada, Remco Evenepoel (Deceuninck-QuickStep) y Mathieu van der Poel (Alpecin-Fenix).
Fueron once los corredores que lanzaron la primera escapada del día, pero el grupo controló sin dificultades y anuló su margen, que superó los 4 minutos, a falta de 65 kilómetros para el final cuando llegaba el tramo clave de la carrera, con las icónicas subidas a la Colma de Sormano, el Muro de Sormano, y al Civiglio.
Los grandes favoritos llegaron en cabeza al Muro de Sormano, con Nibali, Mollema, Carapaz, Rafal Majka, Van Der Poel o Evenepoel al frente de la carrera. La bajada terminaría por romper aún más la prueba, con la caída del joven cicista del Deceuninck-QuickStep. Tras el rápido descenso, se formaría un grupo con Nibali, Giulio Ciccone, Mollema, Bennett, Aleksandar Vlasov y Fuglsang, siendo estos tres últimos los que se hicieron con ventaja sobre el resto de rivales en la subida al Civiglio.
Fuglsang, Vlasov y Bennett lideraban la prueba, perseguidos por Ciccone y Mollema, a unos diez segundos, mientras que Nibali, acalambrado, iba perdiendo metros y despidiéndose de sus opciones.
Faltaba la última subida, San Fermo de la Battaglia. Bennett intercambió ataques con Fuglsang, al tiempo que Vlasov empezaba a pagar el desgaste realizado tras 225 kilómetros en las piernas.
Fuglsang controló los intentos de Bennett y le fulminó con autoridad a 6,5 kilómetros del final con un ataque que no dio opciones al neozelandés.
El danés llegó a la línea de meta en Como con 31 segundos de ventaja sobre Bennett y levantó los brazos al cielo para celebrar la victoria número 26 de su carrera profesional.
En los kilómetros finales, ya en las calles de Como, sufrimos otro susto importante, cuando Max Schachmann (Bora-Hansgrohe) chocaba contra un vehículo que se había colado en el recorrido de la carrera. Por suerte, el alemán pudo levantarse sin graves problemas, en principio, para acabar en un meritorio 7º puesto.
Hablando minutos más tarde, Fuglsang dijo: “Fue un día caluroso y se fue tope desde el inicio. Me sentí bien, pero sabía que George (Bennett) también estaba en buena forma, especialmente después de su victoria en Gran Piemonte el miércoles. Por suerte, estuvo Vlasov que me ayudó mucho: hoy ha corrido como un campeón. Después del Civiglio pensé que iba a llegar al sprint con George, luego en San Fermo lo intenté y cuando vi que estaba solo, seguí empujando hasta la línea de meta”.
Clasificación final
