Jasper Stuyven (Trek-Segafredo) ha logrado la victoria más importante de su carrera profesional, al adjudicarse hoy el primer 'monumento' del año, la Milán-San Remo, por delante de Caleb Ewan (Lotto-Soudal) y el vencedor del año pasado, Wout van Aert (Jumbo-Visma).
El ciclista belga de 28 años aprovechó los momentos de dudas, en el grupo de los favoritos, en el final del descenso del Poggio, para lanzar su ataque y marcharse hacia la línea de meta con apenas unos segundos de ventaja. Desde atrás, Soren Kragh-Andersen (DSM) saldría en su búsqueda, neutralizando a Stuyven ya dentro del último kilómetro, y con un pelotón reducido encabezado por Alaphilippe, Van Aert, Van der Poel, Ewan, Sagan y el español Alex Aranburu pisándoles los talones.
Con mucha sangre fría, Stuyven lanzaba el sprint poco antes de ser neutralizado, logrando mantener su margen, y superando a Ewan y Van Aert, que entrarían con el mismo tiempo que el belga, así como el resto del grupo. Un grupo donde Aranburu lograba repetir el 7º puesto alcanzado el año pasado, por delante de nombres como Alaphilippe o Colbrelli.
🎥 The incredible final km of the 2021 Milano-Sanremo presented by @eolo_it. Anything can happen, all the way to the last metre!
— Milano Sanremo (@Milano_Sanremo) March 20, 2021
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Había ganas de Classicissima, había ganas de primavera, una carrera de desgaste marcada por su largísimo kilometraje (299 km; la más larga del calendario UCI) que obliga a un esfuerzo de más de siete horas sobre la bicicleta. La 112ª edición seguía la ruta clásica a excepción de la subida al Passo del Turchino, que no se transitaría debido a un deslizamiento de tierra. En cambio, la ruta pasaría por la subida de Colle di Giovo para luego descender por Aurelia hasta Albisola para seguir por los tradicionales últimos 112 km, con el paso por los tres capi (Capo Mele, Capo Cervo y Capo Berta) antes de las subidas finales a la Cipressa (5,6 km al 4,1%), a 21,5 km de meta, y el Poggio (3,7 km al 3,7%), donde se suele seleccionar definitivamente la carrera, en lo que son los últimos 20 kilómetros finales más trepidantes, posiblemente, de la temporada.
La contrapartida de esa emoción final, sin embargo, son unas largas primeras horas de carrera, sujetas al guión habitual de fuga 'consentida' practicamente de salida y control de las distancias en el pelotón, a cargo de los equipos de los favoritos. En esta ocasión, escapada del día integraba a ocho ciclistas: Viel y Tagliani (Androni), Tonelli (Bardiani), Van der Hoorn (Intermarche-Wanty), Norsgaard-Jorgensen (Movistar), Peron y Planet (Novo Nordisk), Conci (Trek-Segafredo), cuya ventaja rápidamente se estabilizaría en torno a los siete minutos sobre un gran grupo comandado por los Alpecin-Fenix de Van der Poel, los Jumbo-Vismo del vigente campeón, Wout van Aert, y el Deceuninck-Quickstep de Julian Alaphilippe.
Al ritmo impuesto por el 'tractor' Tim Declercq (Deceuninck-Quickstep), el pelotón reducía la renta de la fuga hasta los cinco minutos, a falta aún de 150 km para el final, practicamente en el ecuador de la carrera. 50 kilómetros más tarde, la cabeza de la Milán-San Remo alcanzaba la línea de la costa, donde el viento favorable podría desencadenar la aceleración definitiva de la prueba. De hecho el pelotón se cortaba en dos grandes grupos, con favoritos como Van Aert (Jumbo-Visma) en el segundo de ellos, y que tendrían que sufrir un 'calentón' considerable para volver a entrar. También se iba al suelo, junto a un compañero, Nacer Bouhanni (Arkea-Samsic), sin graves consecuencias. El estrés y el nerviosismo propio de esta carrera comenzaba a aparecer.
La fuga afrontaba el primero de los tres capi, Mele, con 53 km por delante, y una renta inferior ya al 1'30''. Declercq, incombustible, dirigía con mano de hierro al pelotón, en cuya cabeza comenzaban a asomar ya algunos jefes de filas como Van der Poel o Alaphilippe... y velocistas ya pasándolo mal por detrás, como Nizzolo (Qhubeka-Assos). La diferencia se mantenía estable al paso por el Capo Cervo, pero con la fuga perdiendo ya intregrantes, que eran engullidos sin compasión por un pelotón que rodaba ya a más de 45 km/h de promedio. Ya camino del Capo Berta, Sam Bennett (Deceuninck-Quickstep) sufría un pinchazo, teniendo que sufrir para llegar con los mejores a los pies de la Cipressa y el Poggio.
Con el pelotón a mil por hora, tras el paso por Imperia, Bora-Hansgrohe, EF-Nippo y AG2R-Citroën en cabeza daban paso a las primeras rampas de la Cipressa, con los aventureros del día aún por delante, pero con apenas un minuto de ventaja. Llegaban los 30 km finales más emocionantes, posiblemente, del calendario World Tour. Jumbo-Visma imponía un elevado ritmo en el ascenso, con Van Aert en tercera posición, evitando las posibles tentativas de ataques de los rivales. El equipo amarillo cumplía su misión con creces, y el pelotón coronaba compacto, con la fuga ya neutralizada, y con Ineos-Grenadiers tomando el control de cara al descenso, con 21 km para meta.
El equipo británico tensaba el ritmo en el descenso, estableciendo un dominio férreo sobre el grupo y emplazando la batalla definitiva para la última ascensión del día, el Poggio de San Remo, con un pelotón ya muy reducido, con todos los favoritos y numerosos 'outsiders' presentes, y peligrosos, como Matthews (Bike Exchange) y Démare (Groupama FDJ). Comenzaba de nuevo la batalla por la colocación en la aproximación al Poggio, con Bora-Hansgrohe trabajando duro para Schachmann, así como Kasper Asgreen para Alaphilippe, rivalizando con un Ineos-Grenadiers muy dominante y tomando el control en las primeras rampas.
Ganna ponía en fila al pelotón, con un Van der Poel, sorprendentemente, en posiciones retrasadas, lejos de Van Aert y Alaphilippe. El neerlandés progresaba, el francés vigilaba y Van Aert se mantenía soldado a la rueda del campeón del mundo. 'Lou-lou' decidía soltar su zarpazo a un kilómetro de coronar, pero Van Aert cerraba rapidamente el hueco y, a su rueda, Van der Poel, Schachmann, Matthews y un sorprendente Ewan.
Van Aert intentaba darle continuidad al impulso del francés, con otro cambio de ritmo, pero Caleb Ewan, con unas piernas increíbles, se pegaba a su rueda, y con él, los demás rivales, conformándose un numerosísimo grupo camino de San Remo, con Van der Poel, Van Aert, Alaphilippe, Matthews, Colbrelli e, incluso, Peter Sagan, entre otros.
El valiente Tom Pidcock (Ineos-Grenadiers) atacaba en el descenso, sin lograr la fractura total y favoreciendo la entrada de más ciclistas tras su neutralización, como Aranburu, Turgis o Stuyven. Esos momentos de duda eran aprovechados de forma astuta por el belga del Trek-Segafredo, que lanzaba su apuesta justo al final de la bajada, con 2 km por delante, sembrando el desconcierto. Soren Kragh-Andersen (DSM) era el único que decidía salir en su busca para darle caza, ya dentro de los últimos mil metros, circunstancia que sería aprovechada por Stuyven para tomarse un ligero respiro, medir las distancias, y lanzar el sprint con el margen justo para alzarse con la victoria, con el grupo perseguidor pisándoles los talones y entrando en el mismo tiempo.
Caleb Ewan (Lotto-Soudal), por segunda vez, se quedaba a las puertas de la victoria en La Classicissima, mientras que Wout van Aert (Jumbo-Visma), vencedor en 2020, tenía que conformarse con la tercera posición. En cuarto lugar, un sorprendente Peter Sagan (Bora-Hansgrohe) regresaba -casi- a los puestos de honor, mientras que Alex Aranburu (Astana-Premier Tech) volvía a firmar la 7ª plaza, al igual que el año pasado, demostrando que tiene piernas para subirse al podio de San Remo algún día.
Clasificación final
