Konovalovas y Simon; el adiós definitivo de Peugeot

Ignatas Konovalovas y Julien Simon, recientemente retirados tras 17 temporadas en el pelotón, eran los últimos corredores en activo que formaron parte del Crédit Agricole, estructura francesa que tuvo sus raíces en el primero de los equipos Peugeot de la historia.

Lorenzo Ciprés (@LorenzoCipres). Foto: Roberto Bettini (Sprint Cycling Agency)

Ignatas Konovalovas
Ignatas Konovalovas

Los nombres de Ignatas Konovalovas y Julien Simon no son con seguridad los más relevantes en la lista de recién retirados del pelotón, pero sus longevas trayectorias, prolongadas respectivamente por diecisiete temporadas en equipos profesionales de las tres categorías, y un más que digno palmarés les hacen merecedores de una reseña, tanto por esos antecedentes como, sobre todo, por formar parte de una histórica cadena que se cierra para siempre con sus adioses: ambos eran los últimos corredores en activo vinculados al Crédit Agricole, una estructura francesa desaparecida hace más de quince años, pero desde la que yendo hacia atrás en el tiempo a través de sus diferentes esponsorizaciones se acaba... a ¡principios del siglo veinte! en el primero de los equipos Peugeot de la historia.

Con distintos copatrocinadores a lo largo de casi noventa temporadas, la firma de ropa infantil Z, la aseguradora GAN y el referido banco Crédit Agricole tomaron sucesivamente el testigo a la marca del león, prolongando la vida de la estructura en más de un siglo hasta 2008, a lo largo del cual obtendría triunfos en la práctica totalidad de grandes citas del calendario, con el Tour, La Vuelta, el Mundial y los cinco monumentos de un día incluidos. Quizá sólo el Giro de Italia escapó a la voracidad de una formación por la que pasaron decenas de campeones de toda época y condición.

Mientras que Simon fue un clásico del pelotón galo, donde obtuvo la mayoría de sus éxitos tras un llamativo arranque en España, con victorias en Ordizia y un doblete de etapas en la Volta a Catalunya, la carrera de Konovalovas vivió una mayor variedad -Suiza, España, Sudáfrica...- hasta terminar también asentada en Francia con el Groupama-FDJ, donde transcurrieron sus últimas temporadas profesionales en un deporte cuyos antecedentes familiares parecían destinarle irremediablemente a practicar.

Hijo de Valerijus, destacado técnico de la URSS y de Lituania, y de Laima Zylporite, brillante fémina de la década de los ochenta en la que ganó un bronce olímpico y un título mundial de crono por equipos, Ignatas se tomó con tranquilidad su desembarco en un deporte minoritario en un país donde el baloncesto es el rey absoluto y lo impregna todo.

Tras practicar también el deporte de la canasta y el triatlón, comenzó a pedalear en serio a los catorce años, compaginando pista y carretera para mitigar las carencias del reducido calendario ciclista de su país, e incluyendo viajes al extranjero con su selección que le permitieron foguearse en el pelotón internacional. El nivel que mostró tras llegar a Francia e integrarse en la categoría sub-23 le facilitó alcanzar el profesionalismo con Crédit Agricole, al que seguirían Cervélo, Movistar, MTN, La Pomme y finalmente FDJ por espacio de nueve años.

"Pese a mis antecedentes, no lo tuve fácil en casa", declaró en alguna ocasión. "Mi madre era muy reticente porque sabía de los sacrificios y la dureza de la alta competición y me obligaba a sacar notas por encima del ocho y medio para poder correr... pero yo cumplía y no le quedó más remedio que dejarme competir".