Michal Kwiatkowski (INEOS Grenadiers) es el nuevo ganador de la Amstel Gold Race 2022, título que suma al que obtuvo en la misma carrera en la edición del año 2015. La victoria fue sufrida y milimétrica, en un sprint con Benoit Cosnefroy (AG2R Citroen Team), que se creyó vencedor de la prueba durante aproximadamente minuto y medio. Lo que se tardó en revisar la photo finish para coronar al polaco en detrimento del francés. Detrás de estos dos ciclistas entró Tiesj Benoot (Jumbo Visma), prácticamente el único que quiso disputar el sprint por el podio.
La clave de la carrera se produjo durante el último paso por el Cauberg (0.8km al 6.6%) a menos de 20km del final. Allí, Kwiatkowski y Cosnefroy se aprovecharon de la excesiva vigilancia hacia Mathieu van der Poel (Alpecin Fenix) para saltar como si les fuera la vida en ello. En lo que a posteriori resultaría ser una decisión bastante inteligente dada la falta de entendimiento en el grupo de atrás. Ya se sabe, entre codazo, acelerón y parón, los que ruedan destacados por delante suelen ser los grandes beneficiados.
¡La que han montado en la Amstel Gold Race! 🙈
— Eurosport.es (@Eurosport_ES) April 10, 2022
Le dicen a Cosnefroy que ha ganado, hacen Foto 'finish'... y resulta que ha ganado Kwiatkowski 😅#LaCasaDelCiclismo pic.twitter.com/muYfNw9zUt
Aunque ese movimiento no se habría producido sin otros dos previos al desenlace de la carrera. En primer lugar, cabe destacar el trabajo que el INEOS Grenadiers realizó en el paso por el Kruisberg (0.7km al 7.3%) y por el Eyserbosweg (1.1km al 7.6%), ya dentro de los últimos cincuenta kilómetros, donde capturó a los pocos que permanecían de la escapada y dejó el pelotón en prácticamente un tercio de las piezas que lo componían.
Con la carrera endurecida, Tiesj Benoot fue el que abrió el tarro de las esencias. El ciclista belga del Jumbo Visma aprovechó el más de kilómetro y medio (5.2%) del Keutenberg para poner en jaque al gran grupo. Tanto es así que solo fueron capaces de seguirle Kasper Asgreen (Quick Step Alpha Vinyl Team), Thomas Pidcock (INEOS), Michal Kwiatkowski, Dylan Teuns (Bahrain Victorious), Marc Hirschi (UAE Team Emirates), Michael Matthews (Team BikeExchange Jayco), Benoit Cosnefroy y Mathieu van der Poel. La flor y nata del pelotón reunida para disputarse la victoria en la Amstel Gold Race.
Claro que todavía quedaba mucha tela que cortar. Y de calidad, además. Los primeros en intentarlo en el Cauberg (0.8km al 6.6%) fueron Marc Hirschi, Thomas Pidcock y Dylan Theuns, aunque con poco éxito. Fueron ataques predecibles y con un ritmo más bien anodino, lo justo para que varios rivales con el cuchillo entre los dientes y tralla a sus espaldas los secaran con facilidad. No, hacía falta algo más.

Como lo de Kwiatkowski tal vez, que aprovechó la bajada de la ya mencionada cota para saltar sin ningún tipo de miramientos. Los de atrás observaban pero ninguno movía un dedo para remediar el ataque. Menos se esperaban lo que estaba presto a hacer Cosnefroy. El francés del (AG2R Citroen Team) se aprovechó de que había trazado mal en una curva, con un posterior regate sobre un coche aparcado, para demarrar de forma sorpresiva y sumarse al grupo de cabeza.
Quedaba todavía un camino interesante por recorrer (más de quince kilómetros hasta la meta), pero se juntaron el hambre con las ganas de comer. Ésto, en el argot ciclista, significa que Kwiatkowski y Cosnefroy se relevavan de forma justa, y necesaria, si querían llegar solos a meta, y que detrás Mathieu van der Poel tiraba y solo Tiesj Benoot y Tim Wellens (Lotto Soudal) amagaban con ayudarle.
Como estaba muy reciente todavía la casi remontada en la recta final de la edición de este año del Tour de Flandes, Kwiatkowski y Cosnefroy no perdieron demasiado el tiempo dentro del último kilómetro. El francés se lanzó en los últimos 300 metros y a su rueda se agarró con firmeza el polaco, que parecía igualar fuerzas sobre la línea de meta. Tan igualadas estaban que hubo que esperar para conocer al ganador. Primero parecía ser Cosnefroy mientras Kwiatkowski se lamentaba, aunque finalmente se cambiaron las tornas. Una pena de final para una carrera inteligente y sorpresiva.