la Vuelta 08: 14º etapa: Contador no perdona

El madrileño se afianza en la clasificación general tras su victoria en Fuentes de Invierno

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la Vuelta 08: 14º etapa: Contador no perdona
la Vuelta 08: 14º etapa: Contador no perdona

Foto: lavuelta

Los proyectiles de Alberto Contador son fatídicos. Letales. Ya sea en el Angliru, o en Fuentes de Invierno. Su revólver siempre está cargado. Hasta los topes. Dispuesto a arrasar con todo lo que se interponga en su camino. Matador. No entiende de compasiones. El perdón no cabe en su diccionario. La confianza en los rivales, tampoco. Por eso no desaprovechó la oportunidad de asestar otro golpe más a la Vuelta a España. Efímero. Y a los rivales que todavía guardaban la esperanza de hacer sombra en la montaña al corredor de Pinto. Funesto. Ni el fuerte ritmo del guerrero Ezequiel Mosquera le sacó de punto. Aguantó con el gallego y midió sus fuerzas. No tenía aún tomada su medida. En menos de un kilómetro lo calibró. Lo dejó atracando. Y sin victoria.

 

Poderío y garra. La misma que en el Angliru, pero con menos pendiente. Era suficiente. En Pla de Veret apenas pudo sacar diferencias. La subida era llana. Pero en Asturias sí. Era su terreno. Y del paraíso natural sale refrescado. Sólo él. El resto del pelotón, anulado. La carrera, muerta. Sólo un ataque suicida puede poner emoción. Como el de Ezequiel Mosquera, el valiente gallego que apostó fuerte. A caballo perdedor. Pero quería reivindicarse a sí mismo, después de no haber podido aguantar con los mejores en el Angliru. Asturias le enfada. El Angliru no le fue provechoso. El olimpo no es lugar para batalladores. Una estación de esquí, tampoco. Pero no desistió. Hasta donde las piernas revienten.

 

 Por reivindicación se lanzó a eliminar rivales, como soldados en una guerra. Es lo suyo. Soldado suicida. Seleccionó al pelotón hasta dejar en cabeza a Alberto Contador, Levi Leipheimer, Alejandro Valverde y un recuperado Carlos Sastre, pero no tardó en cobrarse su primera víctima. Un coloso. Alejandro Valverde fue incapaz de seguir su ritmo. El Caisse d' epargne había trabajado durante toda la etapa para echar abajo la escapada de once corredores a los que tuvieron controlados. No les dejaron coger más de cinco minutos de ventaja. Era el día de Valverde. Pero el murciano se quedó clavado en las selectivas rampas del Puerto de San Isidro. Atrancado. Pagó caros los esfuerzos del Angliru.

 

Sastre, atrancado

Tampoco Carlos Sastre ha pagado aún sus deudas por la victoria en el Tour de Francia. El abulense se atascó poco después que Valverde, aunque aguantó mejor que en el Angliru. Sólo Contador y Leipheimer adoptaron la arrojadiza simetría de Mosquera. Curtido en mil batallas. Mantuvo el equilibrio y aguardó a que el Astana colaborase relevándole. Nada. Ni cuando Sastre hizo un amago de entrar en el grupo cabecero. "¿Para qué queríamos hacer más diferencias? No nos interesaba", resumió Contador. Le sobra tiempo para ganar la Vuelta a España. Y días. Seis en concreto. Solo le resta subir en contra del reloj el puerto de Navacerrada para terminar de matar la carrera. Ahora, piensa, la ha dejado herida. De muerte.

 

Ezequiel Mosquera sacó su licencia de guerra en una estación de esquí. Batallador aguerrido. y creyente. Sostuvo la idea de que Contador el poderío del Astana frenaría para dejarle la etapa. Sólo le duró unos minutos, a pesar de que a punto estuvo de soltar a Contador y Leipheimer. No desistió. El Astana, mientras, a su vera. Camuflados. Leipheimer de blanco. Impoluto. Y Contador de amarillo. Oro. No le gusta desaprovechar ocasiones de sacar su rifle con las balas cargadas. En el último kilómetro y antes de que la rampa del alto de San Isidro tocara a su fin, Contador volvió a estampar otro de sus sellos. A balazos. Otra herida más para Carlos Sastre. Para Valverde. Y para Ezequiel Mosquera. Llaga que tardará en curarse. El madrileño es más líder. Y la Vuelta, agonizante. ainara@ciclismoafondo.es



- Clasificación de la 14º etapa

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