Mikel Landa disputó la semana pasada en China, en el novedoso Tour de Guangxi, su última carrera como ciclista del Team Sky. A partir de ahora, se abre un nuevo periodo de su vida y su carrera profesional en el que enfundado en el maillot del Movistar Team pretende dar el salto que le eleve hasta la victoria en una gran vuelta.
En este 2017, Landa enlazó con una sensacional solvencia el doblete Giro-Tour, ganando una etapa en la Corsa Rosa y obteniendo la clasificación de la montaña, mientras que en la Grande Boucle concluyó en cuarta posición, a tan solo un segundo de subir al cajón, a pesar de que su actuación quedó sometida a los intereses de su líder Chris Froome. “Esta temporada ha sido una confirmación de lo que conseguí en 2015. 2016 fue un año complicado, en el que no obtuve resultados. Este 2017 me ha devuelto mucha confianza y creo que he madurado mucho como ciclista y como persona”, ha explicado el ciclista de Murguía en una entrevista concedida al Mundo Deportivo en la que confiesa que le entristece no haber podido subir al podio de la ronda gala por tan estrecho margen de tiempo. “Me acuerdo mucho de ese segundo, cada vez más. Ahora miras hacia atrás y sabes lo que cuesta llegar a estar ahí. En el momento, la nube que envuelve al Tour no te deja verlo. Pero ahora que lo veo de lejos, me da mucha pena”.
Landa asegura que se despide del Team Sky “con la sensación de no haber podido conseguir lo que me marqué, que era disputar una grande. El Giro, un año por enfermedad y otro por caída; el Tour, porque iba a currar. No he logrado sacarle partido a lo que me podía ofrecer el equipo. Pero a la vez he aprendido muchísimo. He tenido al lado a Froome, a uno de los mejores equipos en grandes vueltas... Ante todo ha sido un periodo positivo”. El escalador vasco cambiará de aires la próxima campaña, a pesar de que el conjunto británico quiso retenerle, y tras recibir ofertas de más de medio pelotón terminó inclinándose por la opción de volver a correr en un equipo de casa como el Movistar Team. “Me decanté por él porque es un equipo con tradición, que lleva muchos años haciendo las cosas muy bien y creo que es un conjunto que me va a sacar el cien por cien. Es una escuadra en el que no voy a perder el tiempo y voy a poder, por fin, disputar esa grande”.
Ahora, el principal punto de conflicto a solucionar en esta nueva etapa parece la convivencia con Nairo Quintana, que en varias entrevistas ofrecidas en las últimas semanas ha reivindicado de forma vehemente su liderazgo dentro del conjunto español, dejando entrever que la llegada de Landa le produce cierta incomodidad. Mikel ha explicado, con gran sinceridad, que “evidentemente, me gustaría tener otra bienvenida, pero voy a su casa, como quien dice, y por lo que veo no es de su agrado”. Sin embargo, el vasco hace una lectura positiva de compartir galones con el colombiano pues asegura que “es una ventaja poder repartir responsabilidades. Me quita un poquito de presión. Tenerle al lado creo que puede ser muy positivo y entre los dos podemos hacer mucho más daño que individualmente”.
Esta próxima semana, Movistar Team celebrará en Navarra su primera concentración de la temporada en la que definirán el calendario de cada uno de sus líderes y plantarán las bases del próximo curso. Landa confiesa que aún no tiene una idea clara de que objetivos tendrá en 2018. “Me gusta el recorrido del Tour, es muy completo. Estoy esperando a ver el del Giro. No sé por qué carrera me decidiré, pero sí que me gustaría, haga la que haga, disputarla y tener todas las posibilidades de luchar por ella”. Lo que sí tiene claro es que no quiere volver a estar limitado como en el pasado Tour. Ha fichado por Movistar Team para volar libre.