Jornada de triunfo y jolgorio para la formación Lidl - Trek en la Gante -Wevelgem. Mads Pedersen demostró su gran estado de forma y venció con un ataque a más de 50 km de la línea de meta que dejó sin opciones a sus rivales. El corredor danés reclamó su trono por tercera vez en la clásica belga y firmó una gesta propia de bestias del ciclismo como Van der Poel o Tadej Pogacar, con los que se verá las caras el próximo 6 de abril en el monumento del Tour de Flandes. Además de la victoria, la estructura estadounidense sumó el tercer puesto de Jonathan Milan. El segundo cajón del pódium lo ocupó Tim Merlier (Soudal Quick - Step).
La jornada se basó, desde el pistoletazo de salida hasta la llegada a meta, en la formación de abanicos y la concatenación de ataques lejanos de los corredores para destacarse en la cabeza de carrera. La pelea por la clásica belga sobre un recorrido de 250,3 km comenzó con la formación de una escapada numerosa compuesta por nueve ciclistas. El ritmo impuesto por la fuga y la excesiva calma inicial del pelotón abrieron en un abrir y cerrar de ojos una distancia cercana a los cuatro minutos.
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— Lidl-Trek (@LidlTrek) March 30, 2025
Tras observar la situación, Lidl - Trek tomó las riendas para darle alas a la fuga y evitar sustos, ya que en sus filas contaba con dos de los máximos aspirantes al título, como así se demostró al término de la carrera. La formación estadounidense marcó un ritmo alto y la tranquilidad se esfumó. Las piezas del pelotón comenzaron a decaer y las fuertes rachas de viento terminaron por resquebrajar el grupo. Con el factor de los abanicos, se filtraron 32 corredores en cabeza, dejando atrás a nombres como el de Jasper Philipsen.
Las cartas estaban encima de la mesa y Pedersen quería movimientos, parecía sentirse encerrado en el pelotón. Entonces, en la primera de las tres subidas al Kemmelberg, a 86 km de meta, el danés se animó y atacó. No se marchó el solitario, varios corredores siguieron su rueda. Pero con una gran superioridad y autoridad, regresó en el segundo paso por la ascensión, destrozó la fuga y soltó a todos sus rivales para destacarse en la cabeza de la carrera en solitario sin nadie a su alrededor que le pudiera hacer frente. En pocos minutos, había abierto una brecha de más de un minuto con el grupo perseguidor.
A 54 kilómetros de meta ya había hecho pedazos la carrera y dado el toque definitivo para adueñarse del trofeo. Se encaminó hacia la victoria con la suficiencia y desparpajo de un campeón. Estuvo imparable. Llegó a la meta y levantó los brazos de la victoria para sumar su tercera Gante - Wevelgem. Revalidó su título de la edición pasada y avisó a sus rivales de que está en plena forma. El tercer puesto fue para su compañero de equipo, Jonathan Milan y el segundo cajón del pódium lo ocupó Tim Merlier (Soudal Quick - Step).
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