Después de varios meses de silencio tras su positivo durante el pasado Tour de Francia, Luca Paolini ha confesado en una entrevista en la Gazzetta dello Sport que tenía una gran dependencia de los somníferos y que está circunstancia le acabó llevando a consumir cocaína para paliar algunos de sus efectos. “Era adicto. Alteran tu estado de ánimo, tus ritmos de sueño y cuando lo intentas dejar entras en depresión. Generas una gran dependencia y cuando traté de quitármelas tenía ataques de pánico, ansiedad, malestar”, explicaba el italiano en referencia a los somníferos. “Lo peor llega por la noche. La benzodiacepina provoca que pierdas lucidez y eso me llevó a la cocaína. Estuve concentrado en altura en solitario durante dos semanas, a mediados de junio, justo antes del Tour, cuando tomé cocaína. No puedo perdonármelo, soy marido y padre y un ejemplo para muchos chicos. He fallado a una generación que creía en mí”, confesaba muy afectado el ex ciclista del Katusha.
Paolini empezó a hacer uso de los somníferos para poder conciliar el sueño en 2004 a raíz del fallecimiento de su cuñado y desde entonces se aferró a ellos para lidiar con los problemas de su vida. “Los necesitaba para descansar, para estar preparado para el esfuerzo físico y mental del día siguiente. Comencé a tomarlos en 2004 cuando murió mi cuñado. Al final, el problema real es la propia vida, el día a día, todos esos problemas grandes y pequeños que se suman a la tensión y el estrés del deporte. Asumo toda mi responsabilidad y no pongo excusas, solo cuento esta historia para que la gente no repita los mismos errores”.
Actualmente, Luca Paolini está intentando superar completamente su adicción a los somníferos para comenzar una nueva vida. “La cocaína me hizo darme cuenta de cómo de dependiente era del somnífero. Pedí ayuda y empecé la desintoxicación”. Il Gerva estuvo dos semanas en una clínica en Verona donde comenzó un tratamiento que le ha permitido “volver a nacer en el lado humano”. “Era una decisión que tenía que tomar. Me tomé un tiempo para escucharme a mí mismo y, al final, este suceso ha sido un bello paréntesis en mi vida, mi triunfo más importe. Cuando abandone la clínica no me lo creía. Era un esclavo y ahora estoy en paz conmigo mismo”.