Fotos: Tim de Waele
Golpe en el pecho y disparo. La constante seña de identidad. Identificadora. Continua en él. Nada más. Para qué. Contador solo precisa de una bala para acabar con todo un escuadrón. Voraz. Ya no necesita ni siquiera levantarse de su bicicleta para inspeccionar el campo de tiro. Baila sobre ella también sentado. Sus disparos son siempre efectivos. Sobre asfalto seco y cielo soleado. Con las gotas de agua que caen del cielo y bañan su rostro. No patina. Tampoco tropieza con la nieve que se agolpa en las cunetas de las cumbres tras el frío invierno, esas mismas montañas que apenas saborea, porque no le da tiempo. Vuela. Siempre superior. Sea pedaleando de pie o dentelleando cada paso sentado. Así pegó su tiro de gracia en
Es la Provenza la región más esteparia de toda Francia. Forja sus cultivos con el sustento de la constancia y el esfuerzo continúo. Lento. Paciente. Azarosa tierra que produce los alimentos más típicos de toda Francia. El queso y el vino. Bienes, ambos cosechados a base de tiempo y perseverancia. En letargo. Todo un trabajo estoico. De fondo y sosiego. Las tradiciones provenzanas más puras las encarnó el propio Contador. Constante y paciente cuando se asomaban las primeras y exigentes rampas de la inédita subida al Lure. Le robó las cualidades a Jens Voigt, el caballo del Saxo Bank, que presentó su candidatura a la victoria gracias a un vistoso ataque que le hizo vislumbrar los primeros restos de nieve. Superaba los mil metros de altura. Y ascendía. Rumbo al cielo. Pero la puerta sagrada solo pueden cruzarla unos pocos.
Gorka Verdugo y Juanjo Oroz le abrieron paso a Samuel Sánchez. También con la misma dirección. Pero el naranja bañado en oro olímpico del asturiano se perdió entre la nevada del Lure. Solo Frank Schleck y Toni Colom aguantaron al pedaleo triunfal de Alberto Contador. Imperturbable. El madrileño consiguió despojarse de la ayuda que podría auspiciar Voigt al mayor de los hermanos luxemburgueses en cuestión de centímetros. Antes había soltado a David López, sin un rumbo fijo. El vizcaíno aguantó el golpe de Contador pero frenó para esperar a Luis León Sánchez cuando éste aún no había tomado contacto con el grupo perseguidor. Contador los descolocó.
En solitario
No se levantaba del sillín. Limpiaba el arma a marchas forzadas. Seguido por Schleck y Colom. Constante. Como siempre. Camino de otra exhibición.
Sólo cambió de postura en los últimos kilómetros, cuando las rampas del Lure agonizaban. A la recién estrenada subida que albergaba el final de sexta etapa de la París-Niza se la conoce como la hermana pequeña del Mont Ventoux. Contador ya la tiene conquistada. Con una de esas constantes victorias. Allí, en lo alto de la cima lanzó su tiro de gracia. El mismo de siempre. Persistente. Apuntó alto. A su más allegado prójimo. El Mont Ventoux que ya aguarda otra detonación flagrante. Otra victoria. La constante seña de Alberto Contador. ainara@ciclismoafondo.es
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CLASIFICACIÓN DE
1. Alberto Contador (Spa) Astana 4.47.46
2. Fränk Schleck (Lux) Team Saxo Bank 0.58
3. Luis Leon Sanchez (Spa) Caisse d'epargne
4. Cadel Evans (Aus) Silence-Lotto 1.26
5. David Moncoutie (Fra) Cofidis
6. Jens Voigt (Ger) Team Saxo Bank
7. Samuel Sanchez (Spa) Euskaltel-Euskadi
8. Jonathan Hivert (Fra) Skil-Shimano
9. Christophe Moreau (Fra) Agritubel
10. Chris Anker Soerensen (Den) Saxo Bank
CLASIFICACIÓN GENERAL
1. Alberto Contador (Spa) Astana 4.47.46
2. Fränk Schleck (Lux) Team Saxo Bank 0.58
3. Luis Leon Sanchez (Spa) Caisse d'Epargne
4. Cadel Evans (Aus) Silence-Lotto 1.26
5. David Moncoutie (Fra) Cofidis, Le Credit En Ligne
6. Jens Voigt (Ger) Team Saxo Bank
7. Samuel Sanchez (Spa) Euskaltel-Euskadi
8. Jonathan Hivert (Fra) Skil-Shimano
9. Christophe Moreau (Fra) Agritubel
10. Chris Anker Soerensen (Den) Saxo Bank