Fotos: Tim de Waele
Alberto Contador es un ciclista de la vieja usanza. Con sabor añejo. Ciclismo de antaño. El que no escatimaba esfuerzos. El que no estaba controlado férreamente por una potente escuadra. Es de esos corredores que no pasean cuando se cuelgan un dorsal. Que luchan cada metro como si fuera el último. El madrileño viene esculpido con el mismo molde que Bernard Hinault y Eddy Merckx . No infravalora ninguna carrera. No se limita cuando tiene que desgastarse. Su patrón, como el de los antiguos campeones del ciclismo es opuesto al mecánico de Lance Armstrong. Hierático. Autómata. Robotizado. No. Contador es humano. Sin piezas de hierro que lo recubran. Innova pedaleando. Construye un nuevo ciclismo con el de antaño como espejo constante. Con ataques a diario. Portando el liderato o estando retrasado. Da igual la posición en
Es entonces cuando la explosividad marca su nivel más alto. Llega a cotas infinitas. Todo parecía perdido tras el descalabro sufrido el sábado a manos de Luis León Sánchez. Todo por un descuido. El de la comida y
El vizcaíno fue un ancla. Quiso hundir el barco de Contador. Inefectivo. La rabia del madrileño empujaba al frente. Su velocidad rompió el freno de David López y superó los dos minutos de ventaja con el grupo donde Luis León Sánchez intentaba tranquilizarse a sí mismo. Le quedaban más de sesenta kilómetros por delante para petrificar su maillot amarillo. Tiempo aparentemente suficiente. Pero Contador amenazaba con su liderato virtual. Irreal. Porque el de Pinto es, ante todo, humano. Lo demostró el sábado, con el desastre que le hundió en la clasificación general en apenas cuatro kilómetros. Muchas veces gana. Casi siempre se exhibe. Pero también falla. Y se levanta ante la adversidad con el orgullo herido. El acelerador más productivo.
Control del Caisse d' epargne
Ira y coraje. Contra todo y contra todos. Contador se plantó en la Turbie dispuesto a esconderse entre las enrevesadas carreteras que ya le indicaban la cercanía a Niza. Pero la ventaja disminuía. El buen hacer del Caisse d'epargne y el Quick Step, inquietos por echar el cerrojo al segundo puesto de Chavanel, hizo que el grupo del líder avistase a Contador. Catorce segundos. Luis León respiraba tranquilo. Tenía la manada controlada tras su poderoso rugido en Fayence. El mismo que dejó sordo a Contador. Desgastado. Pero lleno de ira. De ella tiró para volver a alejarse de Sánchez y el pelotón que quería engullirle. Y eso hacía él. Comer para no caer desfondado. Pero siempre a ritmo. Sin ayuda de sus compañeros de fuga. Bastante tenían con aguantar el infernal crepitar de la cadena de Contador.
Aitor Hernández fue el primero en dejar de escucharla. No aguantó el golpe en la subida a
De principio a fin. A la Paris-Niza no le ha faltado de nada. Desfallecimientos. Exhibiciones. Escaladores. Sprinters. Hasta salidas de cadena, como
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CLASIFICACIÓN DE LA 8º ETAPA
1. Antonio Colom (Spa) Team Katusha
2. Alberto Contador (Spa) Astana
3. Fränk Schleck (Lux) Team Saxo Bank 0.01
4. Jonathan Hivert (Fra) Skil-Shimano 0.17
5. Christophe Moreau (Fra) Agritubel
6. Sylvain Chavanel (Fra) Quick Step
7. Juan Manuel Garate (Spa) Rabobank
8. Christophe Le Mevel (Fra) Française des Jeux
9. Jens Voigt (Ger) Team Saxo Bank
10. Sandy Casar (Fra) Française des Jeux
CLASIFICACIÓN GENERAL FINAL
1. Luis-Leon Sanchez (Spa) Caisse d'epargne
2. Fränk Schleck (Lux) Team Saxo Bank 1.00
3. Sylvain Chavanel (Fra) Quick Step 1.09
4. Alberto Contador (Spa) Astana 1.24
5. Antonio Colom (Spa) Team Katusha 1.47
6. Jens Voigt (Ger) Team Saxo Bank 1.59
7. Kevin Seeldrayers (Bel) Quick Step 2.29
8. Jonathan Hivert (Fra) Skil-Shimano 2.57
9. Yury Trofimov (Rus) BBox Bouygues Telecom 3.37
10. Christophe Le Mevel (Fra) Française des Jeux 4.