Cada expedición solidaria de Bicis para la Vida by ŠKODA que pone rumbo al Alto Atlas marroquí tiene un inevitable componente de aventura. Unas veces, la mayoría, debido a la precariedad de las infraestructuras y la dureza de unas orografías en las que altas cumbres de más de 2.000 metros se alternan con profundos y escarpados valles. Otras, en las que no se puede perder de vista lo anterior, por una climatología aún más severa de lo habitual. Y también, porque es un intangible, está el factor humano.
Si hace unos meses la estrechez y la angostura de algunos caminos complicó mucho la última entrega, en esta ocasión ha sido el proceder de las autoridades. Un modo de actuar que ha obligado a variar sobre la marcha los destinatarios de las ayudas.