Fotos: Tim de Waele
Igual de clásico que siempre, pero más espectacular que nunca. El Tour abre sus puertas un año más con un recorrido similar al que presenta todos los años, pero con esos habituales pequeños cambios que cada temporada marcan las diferencias. En esta edición, la 95º, ASO ha decidido suprimir la prólogo con la que arrancaba la carrera gala, una medida que supone un flaco favor para la exhibición de los corredores y la presentación de la carrera al mundo. Pero no por ello este Tour será menos grandioso.
Con un día menos de alta montaña pero un final en alto más que en 2007 y menos kilómetros contrarreloj, la prueba se presenta equilibrada, pero muy dura y exigente. Partirá de Brest el próximo sábado, con una etapa llana apta para sprinters, al igual que las dos siguientes. En todas ellas, los hombres que van a disputarse la clasificación general deberán tener especial cuidado con las caídas y los abanicos, especialmente en la tercera etapa, que finaliza en Nantes y no cuenta con ninguna tachuela en su recorrido.
Tras esta toma de contacto con la carrera, el 8 de julio llegará la primera contrarreloj, que se disputará en Cholet. La novedad este año, además de su pronta incursión en la carrera, será que contará con menos kilómetros (29.5), por lo que los corredores que no son especialistas en esta modalidad llegarán a los Pirineos con menos diferencias en la clasificación general.
Los sprinters volverán a disfrutar de una ocasión para lucirse en la siguiente etapa, la más larga del Tour, que discurrirá entre Cholet y Châteauroux y será completamente llana. Después, el pelotón se adentrará en el macizo central para realizar una primera toma de contacto con la media montaña. Será en la sexta etapa, con final en Super Besse, de segunda categoría, tras
Menos Pirineos
La séptima etapa será también una oportunidad para los aventureros que busquen las escapadas largas, con dos puertos de tercera categoría, el primero de salida y el último,
En la octava etapa, que finalizará en Toulouse los sprinters volverán a aprovechar sus oportunidades. Tan solo un día después, el pelotón asaltará los Pirineos en una jornada que albergará su final en la localidad de Bagnéres de Bigorre. Un total de
La décima etapa será la más grandiosa de los Pirineos. Un total de
Con ella llegará también el primer día de descanso para el pelotón y, después, cuatro jornadas en las que los sprinters y los caza-etapas serán de nuevo protagonistas de la carrera Sin apenas tiempo para el descanso llegará el plato fuerte de la ronda gala, los Alpes. Cuatro grandiosas etapas con dos majestuosos finales en alto terminarán de perfilar la clasificación general.
El primero de esos finales llegará en la decimoquinta etapa, la que discurrirá entre Embrum y Prato Nevoso, y supondrá la primera incursión en Italia de la carrera.
Alpe d' Huez y última contrarreloj
Tras disfrutar de la segunda y última jornada de descanso, el martes 22 de julio, la 16º etapa llevará a la caravana hasta Jausiers, donde estará albergada la meta después de
Después de esta corta etapa, la jornada reina, tanto de los Alpes como de toda la carrera, llegará el 23 de julio con la mítica ascensión al Alpe d'Huez. Pero, antes de encarar este puerto, los corredores deberán superar el Galibier con
Pero si esto no sucede, la penúltima etapa terminará por clarificar el ganador del Tour de Francia. Será una contrarreloj llana, entre Cérilly y Saint Amand Montrond, con un total de
Un día después de la contrarreloj, el 27 de julio el pelotón se homenajeará con el tradicional paseo por París, que servirá como premio para los supervivientes de la prueba. Tras recorrer los