Una rápida enfermedad ante la que sus casi 91 años no pudieron responder se llevó el pasado 17 de diciembre a Rik Van Looy, uno de los iconos históricos del ciclismo flamenco, belga e internacional, al que se recordará tanto por sus éxitos, muy próximos a los cuatro centenares entre los que se incluyen pruebas oficiales y critériums, como por la calidad de gran parte de ellos. Éxitos en la práctica totalidad de clásicas y competiciones de un día más importantes del calendario, semiclásicas, pruebas menores, etapas de vueltas, y también alguna clasificación general, componen la hoja de servicios al más alto nivel de este corredor que marcó la pauta a todos los niveles en las décadas de los 50 y 60.
Llegó en 1953 sucediendo rápidamente a Rik Van Steenbergen a la cabeza del ideario colectivo, tanto por su talante como por su aspecto -algo que hizo que muchos se refiriesen a él como Rik II-, y en 1970 se marchó justo en un momento en el que la carrera de Eddy Merckx se propagaba a sus más altas cotas.

DIECIOCHO AÑOS DE PROFESIONAL
Después de dejar la escuela a los trece años, la bicicleta se tornaría fundamental en la vida de Van Looy. Comenzó repartiendo periódicos y, a la par, compitiendo en categorías inferiores con notable éxito, obteniendo año tras año un número de triunfos cada vez mayor que incluso le supuso una convocatoria con la selección de su país para los Juegos Olímpicos de Helsinki de 1952. El año siguiente dio el salto a la máxima categoría con el Gitane-Hutchinson francés.
Aunque las cifras bailan según fuentes y categorías de competiciones tenidas en cuenta, estuvo muy cerca de llegar a los 400 triunfos como profesional. Rodeado de su famosa ‘Guardia Roja’, logró ganar todas las clásicas de un día del calendario de la época -con la única excepción de la Burdeos-París- y en 1962 firmó la hazaña de adjudicarse las tres clásicas de adoquines, Gante- Wevelgem, Tour de Flandes y París- Roubaix, en tres fines de semana consecutivos, algo que sólo ha podido reeditar Tom Boonen.
Van Looy fue un velocista muy poderoso, bastante pesado para lo que medía debido a su musculatura. En las etapas de montaña normalmente podía mantener el ritmo, pero casi nunca marcar diferencias. El dominio que ejerció no tenía precedentes hasta ese momento. Se dice que durante su victoria en el Campeonato del Mundo de 1961 en Suiza rompió varios radios de la rueda trasera justo después de cruzar la línea de meta debido a su potente golpe de pedal, lo que le valió otro sobrenombre además de los de Emperador y Rik II, el de Romperuedas.
A pesar de sus cualidades como velocista, también era proclive a evitar llegadas masivas y vencer escapado mientras disfrutaba de los aplausos de la multitud. Un estilo de ciclismo ofensivo que le sirvió para ser muy popular y crear expectación en aquellas competiciones donde tomaba parte. Se decía que parte de esa motivación le venía de saberse perseguido por sus rivales, razón que explica su discreto rendimiento en las pruebas contrarreloj.

Tras su decepción en el Mundial de Ronse en 1963 bajó su implicación en las pruebas de un día, un hecho al que se unió la llegada a su equipo primero, y a la élite ciclista después, de Eddy Merckx. Rápidamente se dio cuenta de que tenía un sucesor con el que conviviría cuatro temporadas. Retirado al finalizar la temporada de 1970, se alejó progresivamente de los grandes focos y se dedicó a trabajar tanto en la Escuela Flamenca de Ciclismo de Herentals, su localidad, como a dirigir desde el coche a varios equipos profesionales de su país. Desde entonces, únicamente el propio Merckx ha conseguido superar su número de victorias profesionales e irse por encima de las 400, cifra que se antoja inalcanzable en el ciclismo actual. Descansa en paz, Emperador.
PALMARÉS SELECTO
- Campeonato del Mundo (1960 y 1961)
- Milán-San Remo (1958)
- Tour de Flandes (1959 y 1962)
- París-Roubaix (1961, 1962 y 1965)
- Lieja-Bastoña-Lieja (1961)
- Giro de Lombardía (1959)
- París-Bruselas (1956 y 1958)
- París-Tours (1959 y 1967)
- Gante-Wevelgem (1956, 1957 y 1962)
- Flecha Valona (1968)
- Campeonato de Bélgica (1958 y 1963)
- 3º Vuelta a España (1959 y 1965) y 18 victorias de etapa
- 4º Giro de Italia (1959) y 12 victorias de etapa
- 10º Tour de Francia (1963) y 7 victorias de etapa
- Ganador de la Regularidad Vuelta a España (2 veces), Giro y Tour
La plata más amarga
SEGUNDO EN EL MUNDIAL DE RONSE’63
Además de por todos sus triunfos, una parte del recuerdo de la carrera de Rik Van Looy quedó irremediablemente asociado a su derrota en la prueba en línea del Campeonato del Mundo de 1963, celebrado en la localidad flamenca de Ronse. La competición, que constaba de 278 kilómetros, terminó en un sprint confuso y doblete para Bélgica, aunque envuelto en la polémica, algo que curiosamente también sucedería veinticinco años después en esta misma prueba y escenario, con Bauer y Criquielion como protagonistas.

La selección belga acordó trabajar para Van Looy, que buscaba su tercer título mundial, pero sus compañeros Gilbert Desmet y Benoni Beheyt, que competían para un equipo de marca diferente, tenían sus propias ambiciones como mostrarían al final. En los últimos metros de una llegada masiva lanzada demasiado pronto a propósito por Desmet, Van Looy se encontró con una férrea oposición de Jan Janssen y del propio Beheyt. Al neerlandés lo detuvo con un gesto poco ortodoxo, cosa que no logró hacer con su compatriota, que se impuso para alcanzar el oro y el arcoíris. Beheyt, de apenas 22 años -y abuelo del ya retirado Guillaume Van Keirsbulck-, no disfrutó apenas del título; Van Looy utilizó toda su influencia para impedirle ganar a lo largo de las otras cinco temporadas en que compitió al máximo nivel hasta su retirada.
También en España
GANÓ 18 ETAPAS DE LA VUELTA
Con un palmarés labrado fundamentalmente en pruebas disputadas en su país, Francia e Italia, Van Looy tuvo tiempo para competir y ganar con abundancia en suelo español. La Vuelta, donde tomó parte en cuatro ocasiones, es la prueba de tres semanas donde más éxitos obtuvo a nivel de victorias de etapa, con un total de 18, y donde también consiguió destacar en la clasificación general, tercero en 1959 y 1965, aunque muy lejos de Antonio Suárez y el alemán Wolfshohl.

Como dato anecdótico, y además de numerosos critériums y circuitos conquistados por toda nuestra geografía, en su palmarés oficial aparece una victoria en el Parque del Retiro de Madrid correspondiente a la primera etapa de la edición de 1958 de la ¡Vuelta a Levante!, antecedente de la actual Volta a la Comunitat Valenciana, que aquel año llevó su salida hasta la capital de España, y que se dirigiría hacia su territorio natural con parada en Albacete, donde el propio Van Looy se anotó otra etapa, además de una crono por equipos disputada en un circuito urbano.