La Unión Ciclista Internacional (UCI) tiene previsto anunciar mañana martes el calendario de competiciones para lo que resta de temporada 2020, un calendario comprimido que iría desde principios de agosto hasta mediados de noviembre… si la pandemia del coronavirus lo permite. Porque la realidad es que nadie puede garantizar a estas alturas que vaya a celebrarse prueba ciclista alguna en 2020.
La ilusión por volver a competir es grande y en casi todos los países los ciclistas profesionales están empezando a entrenar al aire libre. Pero la propagación de la COVID-19 aún no está totalmente controlada y nadie sabe cómo puede evolucionar esta crisis sanitaria sin precedentes. Haciendo un símil del famoso refrán podríamos decir que, en este sentido, “la UCI propone y la pandemia dispone”.
Hace tres semanas la UCI reveló las líneas maestras de lo que pretende que sea el nuevo calendario para lo que quede de temporada. Entonces ya dejó claro que el Tour de Francia –prueba vital para la economía del ciclismo por la incomparable visibilidad que otorga a los equipos- sería la prioridad absoluta. De tener que salvar una sola prueba, nadie duda que sería la Grande Boucle.
Una prueba que en principio se disputará del 29 de agosto al 20 de septiembre, si no lo impide la decisión del Gobierno francés de no permitir la vuelta del deporte profesional hasta septiembre, decisión enmarcada en una prohibición más amplia de no celebrar eventos deportivos y culturales que reúnan a más de 5.000 personas. Esta prohibición no solo afectaría a las tres primeras etapas del Tour sino también a dos pruebas como el Criterium du Dauphiné, y la Bretagne Classic, que en principio se iban a disputar a lo largo del mes de agosto como preparación para la Grande Boucle.
Sin embargo, un día después de este anuncio del primer ministro francés, Edouard Philippe, el Ministerio de Deportes precisó que esta estrategia de desescalada, "no impone la anulación del Tour", que en principio mantendrá sus fechas (del 29 de agosto al 20 de septiembre)...si la evolución de la crisis sanitaria lo permite.La opción de corre el Tour sin púnlico parece más complicada.
Mundial, Giro y Vuelta
La UCI también confirmó hace tres semanas que los Campeonatos del Mundo de Ruta UCI 2020 en Aigle-Martigny (Suiza) se mantienen en las fechas programadas, del 20 al 27 de septiembre; que los Campeonatos nacionales tendrán lugar el fin de semana del 22 y 23 de agosto; que el Giro de Italia se disputará tras los Mundiales –a lo largo del mes de octubre, siendo las fechas más probables entre el sábado 3 y el domingo 25- y que tras la “corsa rosa” será el turno de la Vuelta a España.
Una Vuelta que ya ha confirmado que queda reducida a 18 etapas tras anular las tres primeras que debían disputarse en los Países Bajos. Arrancará con la etapa Irún–Arrate (que en principio iba a ser la 4ª) y con la idea de mantener el resto de etapas tal como estaban previstas, hasta su final en Madrid.
La lógica dejaría a la Vuelta unas fechas complicadas (desde finales de octubre hasta mediados de noviembre), pero no se descarta que se adelante unos días su inicio y sus primeras etapas coincidan con las últimas del Giro (en concreto, del 20 al 25 de octubre), tal como adelantaba ayer el diario AS. De confirmarse este extremo, la Vuelta se disputaría del 20 de octubre al 8 de noviembre. Prolongarlo más allá en el mes de noviembre sería tentar a la suerte en materia climatológica.
Clásicas
También conoceremos mañana martes la fecha para las clásicas de un día más prestigiosas (los llamados Monumentos, más alguna otra de especial relevancia), cuya celebración este año garantizó la UCI, siempre que se puedan disputar competiciones ciclistas. Habrá que ir salpicándolas a lo largo de esos tres meses y medio de locura, y en algún caso se verán obligadas a coincidirán con alguna Gran Vuelta., algo inusual en una temporada normal. Strade Bianche y Milán-San Remo podrían celebrarse en agosto, Flecha Valona a finales de septiembre, Lieja-Bastoña-Lieja, Amstel Gold Race y el Tour de Flandes, en octubre, y París-Roubaix y Giro de Lombardia en noviembre.
Además, antes del Tour – a lo largo del mes de agosto- tendrían que disputarse varias carreras de preparación, que podrían ser el Tour de Polonia y el Criterium du Dauphiné (si el gobierno francés lo permite), entre otras.
Si no surgen problemas ni retrasos imprevistos, mañana martes conoceremos las fechas concretas de todo este puzzle. Un calendario comprimido con el que la UCI pretende salvar mínimamente una temporada maldita que está poniendo en jaque el futuro de numerosos equipos ciclistas.
Pero lógicamente no todas las carreras caben y muchas pruebas de prestigio (Volta a Catalunya, Itzulia, Vuelta a Suiza, Vuelta a Alemania, Clásica de San Sebastián, y un largo etcétera), ya han renunciado a celebrar su edición de 2020 y emplazan a los aficionados a la de 2021.