Una remozada Itzulia “con muchos candidatos”

Este lunes arranca en Zarautz una Vuelta al País Vasco con varios aspirantes, gran nivel participativo y la nueva ubicación de la crono, este año llana, en la cuarta etapa.

Texto: J. F. C. Fotos: BettiniPhoto / Itzulia.

Una remozada Itzulia “con muchos candidatos”
Una remozada Itzulia “con muchos candidatos”

Desde que Iban Mayo se impuso en la edición de 2003, ningún ciclista vasco ha ganado la general de la Iztulia. Cierto que han llegado éxitos en la Vuelta al País Vasco de corredores criados deportivamente en Euskadi, como el asturiano Samuel Sánchez o como el madrileño Alberto Contador (quien es, gracias a sus cuatro éxitos, el ‘recordman’ de txapelas junto al cántabro José Antonio González Linares), pero aún se aguarda ese nuevo éxito euskaldun. “Es la carrera que todo joven vasco sueña con ganar”, dice Gorka Izagirre. El guipuzcoano, muy activo en la pasada París-Niza, es una de las bazas vascas junto a su hermano Ion, doble podio en la carrera de casa y no menos protagonista en la cita gala. Ambos liderarán a un Bahréin-Mérida que también alinea al italiano Vincenzo Nibali horas después de competir en el Tour de Flandes. Un Bahréin-Mérida para vigilar, sin duda.

Pero de cara a la Iztulia de 2018 muchos apuntan a las opciones del alavés Mikel Landa. Cosas de portar el dorsal 1, ser también de la tierra, más mediático y haber protagonizado uno de los fichajes del año. Muchos ojos estarán pendientes en sus andanzas. Y en las ajenas, toda vez que en la línea de salida de Zarautz también estará, y no con pocas atenciones, Nairo Quintana. El colombiano, reciente podio en la Volta, ya sabe qué es ganar una Itzulia (2013) y subir al podio en otra (2016). Landa, de momento, sólo conoce del peso de lucir el liderato temporalmente. La general seguro que va a estar muy apretada y se va a decidir en muy pocos segundos. Gente como Kwiatkowski o Roglic pueden sacar bastante ventaja en la contrarreloj y luego hay gente como los hermanos Izagirre, Alaphilippe, Porte, Nibali, Urán… Hay mucho favorito, somos muchos candidatos”, apunta el alavés citando varios aspirantes.

Muchos nombres

Y sí, no son pocos. La ronda vasca siempre cuenta con mucho poder de convocatoria y en sus pelotones no faltan muchos de los grandes nombres del panorama ciclista. El francés Julian Alaphilippe (Quick Step), el también galo Romain Bardet (AG2R), el polaco Michal Kwiatkowski  y su compañero David de la Cruz (Team Sky), los hermanos Jesús y José Herrada (Cofidis), el portugués Rui Costa y el italiano Diego Ulissi (UAE-Team Emirates), el ruso Ilnur Zakarin y el eslovaco Simon Spilak (Katusha-Alpecin) o los vascos Pello Bilbao y Omar Fraile (Astana) son, por diferentes motivos, otros de los señalados. 

Menciones aparte merece BMC, donde regresa a la competición el australiano Richie Porte y que también viene con su compatriota Simon Gerrans, el belga Dylan Teuns o los italianos Damiano Caruso y Alessandro de Marchi. El colombiano Rigoberto Uran y el canadiense Michael Woods, a expensas de lo que pueda hacer el joven británico Hugh Carthy, son las bazas de un EF Education First-Drapac en el que su director Juanma Garate avisa: “Venimos a intentar ganar la general”.  Igor Antón y el belga Serge Pauwels lideran un Dimension Data donde el veterano británico Stephen Cummings es un espíritu libre. En el Trek-Segafredo, el neerlandés Bauke Mollema y el italiano Fabio Felline, muy versátil cuando está en forma, también se postulan.

En el Mitchelton-Scott, una formación australiana con un innegable poso vasco, la gran apuesta de este año pasará por el suizo Michael Albasini y por el madrileño Carlos Verona, quien afronta su sexta participación tras un gran despliegue físico en el GP Miguel Indurain. Habrá que estar atentos al papel animador que prometen los continentales Caja Rural-Seguros RGA (Sergio Pardilla) y los debutantes Euskadi-Murias (Edu Prades, Gari Bravo) y Burgos-BH. También es de la partida el belga Thomas de Gendt en un Lotto-Soudal donde su compañero Tosh Van der Sande proclama: "Posiblemente sea la vuelta de una semana más dura de toda la temporada, pero muy, muy hermosa y con la mejor afición del mundo”. Ahí es nada el piropo.

Un guión variado

Asentada durante años en una suerte de sota-caballo-rey en lo que a su diseño se refiere, más aún con obligada fusión entre la Itzulia y la Euskal Bizikleta, la Itzulia 2018 ya es por sí misma toda una novedad por la nueva ubicación de la etapa contrarreloj. De la última etapa, situación que era toda una tradición, la lucha contra el crono se ha movido a la cuarta etapa, dejando para la última jornada el final en alto en el Santuario de Arrate.  “Es una crono totalmente atípica en País Vasco, con diecinueve kilómetros totalmente llanos. El viento puede ser clave porque hay muchos cambios de dirección y vamos a tener aire por todos los lados”, indica Mikel Landa acerca de la cronometrada de Lodosa.

Hasta esa cuarta etapa cronometrada en tierras navarras, la Itzulia no renunciará a las trampas, las emboscadas y esos perfiles de dientes de sierra que entroncan con el ADN de su geografía. El primer día, en las cercanías de la meta en Zarautz, emerge la subida a Elkano Gaina. El segundo, rumbo a Bermeo, una jornada que ha crecido en 15 kilómetros por unas modificaciones en su diseño, la ascensión a San Pelaio. Más favorable es la tercera, la única a priori ideal para un sprint donde el australiano Michael Matthews (Sunweb) emerge como el más rápido… o el velocista más puro. Después de la crono, camino de Eibar, una jornada complicada que enlaza Elosua, Endoia y el tremendo Azurki. Y para el último día, durísimo último día, Arrate tras varios puertos.

Pero es la ubicación de la crono la que se destaca por novedosa. El gran avance dentro una línea de cambios que parecen intentar darle nuevos bríos a la prueba, acaso pequeños pasos hacia la profesionalización de una organización que hasta ahora no lo era, que se alimentaba de voluntarios, amigos y enamorados de un deporte y que no siempre vio con buenos ojos los avances o las propuestas. Que era reflejo de un ciclismo, en suma, muy poco habitual en alturas del WorldTour. Llega, por ejemplo, algún nuevo patrocinador. Y también se introduce un nuevo jersey, el azul, que reconocerá al mejor joven de cada edición. Incluso se introduce una nueva imagen corporativa. En la parcela más competitiva emergen las bonificaciones (salvo en la crono) de 10, 6 y 4 segundos en la  meta y 3, 2 y 1 en los sprints intermedios.

La Iztulia tiene el reconocimiento, cuenta con ese posicionamiento, dispone de los mimbres. Pero hay mucho margen para seguir trabajando. Es una carrera antigua, nacida en 1924, que no encontró continuidad hasta 1969, lo que la hace joven (la de 2018 será su edicíon 58). Pero notable y notoria, como recuerda Mark Ellegard, miembro del staff de prensa del Quick Step: aparece citada en la obra Fiesta (The Sun Also Rises) de Ernest Hemingway (1926).

Etapas

Etapa 1: Zarautz-Zarautz (162,1 km).

Etapa 1: Zarautz-Zarautz (162,1 km).

Etapa 2: Zarautz-Bermeo (166,7 km).

Etapa 2: Zarautz-Bermeo (166,7 km).

Etapa 3: Bermeo - Villanueva de Valdegovía (184,8 km).

Etapa 3: Bermeo - Villanueva de Valdegovía (184,8 km).

Etapa 4: Lodosa - Sartaguda - Lodosa (C.R.I. 19,4 km).

Etapa 4: Lodosa - Sartaguda - Lodosa (C.R.I. 19,4 km).

Etapa 5: Vitoria-Gasteiz - Eibar (164,7 km).

Etapa 5: Vitoria-Gasteiz - Eibar (164,7 km).

Etapa 6: Eibar - Arrate (122,2 km).

Etapa 6: Eibar - Arrate (122,2 km).