Cuando la fórmula funciona, ¿para qué cambiarla? Así lo cree Javier guillén que, con los datos de audiencias en la mano, piensa y no se equivoca que si el aficionado enciende el televisor para ver su producto, la Vuelta a la que ya hace unos años le lavó la cara para convertirla en una sucesión de llegadas unipuerto con rampas imposibles y encerronas inesperadas con suelo de cemento, si al telespectador le gusta eso, reflexiona Guillén, no se le pasa por la cabeza ni por un instante cambiarlo. Claro que después de una Vuelta como la del 2015 agitada y accidentada la parroquia ciclista quizá esperara una reflexión y un profundo cambio, la supresión de ese “ciclismo de Youtube” que algunos han bautizado. Pero con las cuestas de garaje repletas de gente y las suculentas audiencias, ¿quién se arriesga?
La Vuelta no. Por eso darán al espectador lo que quiere un año más. Diez finales en alto, algunos explosivos como el del Mirador de Ézaro y la subida a Mas de la Costa, la gran sorpresa de la próxima edición de la ronda española. Cuatro kilómetros de subida por asfalto de cemento con rampas que llegan al 21% y una media del 12’9% para disfrutar viendo sufrir y retorcerse a los ciclistas en la 17ª etapa.
Pero también está el ciclismo de verdad, el de siempre, el de las etapas largas y extremas de las que no se olvida la Vuelta. La visita en peregrinación a Asturias con los Lagos de Covadonga y el Naranco en la novena y décima etapas tras una semana entera en Galicia, punto de acogida otra vez como ya fue en 2013, el inicio del camino que terminó aquí, en la Santiago de Compostela que vio triunfar a Alberto Contador en el 2014 y que el próximo mes de agosto dará el pistoletazo de salida a la carrera desde Orense para mostrar al mundo su belleza interior, la de los balnearios termales en una crono por equipos de 29 kilómetros con la que se abrirá la Vuelta y las montañas salvajes con carreteras estrechas y tramposas –las del bello Mirador de Ézaro y San Andrés de Teixido-.
La Vuelta busca el cariño del público y sabe donde encontrarlo. Por eso se dejará abrazar por la pasión de los vascos. Igual que hace cinco años, la carrera llegará a la Gran Vía de Bilbao previo paso doble por el Alto del Vivero donde voló Igor Anton para emprender después camino a Dantxarinea, el paraje de los parajes, la meta en el fantástico Urdax. Será además la puerta de entrada a los Pirineos y, con ellos, la llegada de la etapa reina de la carrera. 195 kilómetros hasta la cima del Aubisque previo paso por Inharpu, la Pierre de Saint Martin (el puerto donde Froome sentenció el Tour del pasado año con su golpe en la primera etapa en alto), y el Marie Blanque.
Para quien aún le queden fuerzas, por delante restarán las llegadas a Formigal, la rampa de Mas de la Costa en la meta de Camins de Penyagolosa y el alto de Aitana. A él se llegará después de una crono en la 19º etapa entre Xabia y Calpe de 39 kilómetros para ordenar la clasificación general antes de la última traca final en Aitana, el punto más al sur de esta Vuelta tan norteña. “Esta es la fórmula que funciona”, dice convencido Guillén. “Hemos reducido mucho los traslados, que era algo que llevábamos arrastrando en los últimos años”. Consciente de lo difícil que será atraer a las figuras en un año olímpico, Guillen ha buscado “que los corredores no se asusten y vengan a la Vuelta”. Todos tendrán su oportunidad.
Mientras fuera del Palacio de Congresos de Santiago de Compostela diluviaba y el viento dejaba helados a los valientes viandantes que se habían atrevido a salir a la calle esta mañana, dentro el calor se hacía patente cuando Pablo Lastras fue llamado al escenario para recibir el homenaje del mundo del ciclismo aquí presente por toda una carrera brillante a la que forzosamente ha tenido que poner fin. El momento más emocionante de un acto empañado por la estampada de las grandes figuras. Solo Mikel Landa estuvo presente. Ni Contador, ni Purito, ni Valverde ni Samuel Sánchez y tampoco los dos grandes protagonistas de la última edición, Tom Dumoulin y Fabio Aru aparecieron en la presentación de la carrera que los ha hecho grandes. Lástima.
1º etapa / sábado 20 agosto / Laias (Cenlle) - Parque Náutico de Castelo de Miño (Ourense) / 29,4 km / CRE
2º etapa / domingo 21 de agosto / Ourense - Baiona / 159 km
3º etapa / lunes 22 de agosto / Marín - Dumbría. Mirador de Ézaro / 170 km
4º etapa / martes 23 de agosto / Betanzos - San André de Teixido / 161 km
5º etapa / miércoles 24 de agosto / Viveiro - Lugo / 170 km
6º etapa / jueves 25 de agosto / Monforte de Lemos - Luintra. Ribeira Sacra / 163 km
7º etapa / viernes 26 de agosto / Maceda - Puebla de Sanabria /158,3
8º etapa / sábado 27 de agosto / Villalpando - La Camperona / 177 km
9º etapa / domingo 28 de agosto / Cistierna - Alto del Naranco / 165 km
10º etapa / lunes 29 de agosto / Luegones - Lagos de Covadonga / 186,6 km
Jornada de descanso / martes 30 de agosto
11º etapa / miércoles 31 de agosto / Colunga. Museo Jurásico - Peña Cabarga / 168'6 km
12º etapa / jueves 1 de septiembre / Los corrales de Buelna - Bilbao / 193,2 km
13º etapa / viernes 2 de septiembre / Bilbao - Urdax-Dantxarinea / 212,8 km
14º etapa / sábado 3 de septiembre / Urdax-Dantxarinea - Aubisque / 195,6 km
15º etapa / domingo 4 de septiembre / Sabiñánigo - Aramón Formigal / 120 km
16º etapa / lunes 5 de septiembre / Alcañiz - Peñiscola / 158 km
Jornada de descanso / martes 6 de septiembre
17º etapa / miércoles 7 de septiembre / Castellón - Llucena (Mas de la Costa) / 173,3 km
18º etapa / jueves 8 de septiembre / Requena - Gandía / 191 km
19º etapa / viernes 9 de septiembre / Xabia - Calp / 39 km
20º etapa / sábado 10 de septiembre / Benidorm - Alto de Aitana / 184 km
21º etapa / domingo 11 de septiembre / Las Rozas - Madrid / 102,5 km