Varese 2008: Ópera prima italiana

Alessandro Ballan se corona Campeón del Mundo y España firma una nefasta actuación

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Varese 2008: Ópera prima italiana
Varese 2008: Ópera prima italiana

Foto: Tim de Waele

"¿Me oís?". "Sí Paco, te recibimos". Hablaban Valverde, Freire y Samuel Sánchez con su técnico. Intercambio de monosílabos. Frases cortas a lo sumo. Nada más. Absoluto silencio durante más de doscientos kilómetros. Cortocircuito rojo. Para España. Provocado por la selección italiana. La azzurra se conocía el suelo de Varese. Lo tenía inspeccionado. Dos tácticas infalibles. Días antes de la prueba en línea del Mundial, Franco Ballerini y sus hombres acudieron al hipódromo. Levantaron el asfalto y cortaron la electricidad. Una. La segunda, el despiste. Las dos con una única víctima. España. El verdugo, Alessandro Ballan. De sobra conocido. Experto en provocar apagones, como el de La Rabassa, en la séptima etapa de la Vuelta a España. Mano diestra para la oscuridad. Y para volar. Del hipódromo al cielo.

 

Escampado después de la lluvia. Directo al arco iris. No dejó que nadie lo viera. Ni Matti Breschel, Nick Nuyens o Thomas Lovkist. Tampoco a Joaquim Rodríguez, un inusual invitado al pase triunfal del espectáculo mundialista. España solo tenía una entrada para acceder al hipódromo de Varese. Para presenciar la Ópera. Italiana. Sólo contemplarla. No para formar parte de ella. Cambiaron los papeles con la transalpina de Mario Cipollini. La desordenada. Así arribó el equipo de Antequera al Mundial. Varada. Y sin sonido. Sólo música. Relajante. De ópera. La que cruzó Ballan entre el coche y los líderes de la roja. Cortocircuito.

 

No se entendieron. En los últimos y decisivos kilómetros de las dos últimas vueltas, Ballan con Cunego y Rebellin comenzaron a forjar el legado que Bettini y Bruseghin habían marcado. Para la historia. El del Lampre se desfogó para su líder. El Grillo, pensaban los españoles. Y los belgas. Pero no. Lo de Bettini era un paseo. Triunfal. La coronación para su despedida. Hizo de tapón. Correoso. Se pegó a Valverde y a Freire. Y ellos a él. Era la rueda a seguir. Y mientras, el trío de italianos, junto a Joaquim Rodríguez, único representante español en la fuga, aumentaban sus diferencias.

 

Valverde y Freire frenan

"Paco, ¿me oyes?, ¿me oyes?". Nada. Por los oídos de Purito sólo entraba música. Clásica. Una ópera italiana. Echaba la vista a atrás. Nadie. Valverde no llegaba. El pase para la función lo llevaba él. Por error. Despiste. Otro más. España bagaba desorientada. Con Bettini adherido a la rueda del murciano. Y Freire desoncertado. Intercambió palabras con su compañero. Sin necesidad de pinganillos. Poca cosa. Más monosílabos. Valverde miraba a Bettini. Bettini, al fondo. La carrera ya estaba hecha. Táctica perfecta. Apagón en España y Bélgica. Tampoco Tom Boonen supo leer la carrera. Se quedó retardado, esperando al cambio de ritmo de Óscar Freire en los últimos metros. No llegaron.

 

Cuando el grupo de cabeza alcanzó el medio minuto de ventaja, Valverde y Freire frenaron. No disipaban la carretera. Apagón. Igual que sucedió en la Rabassa. Ballan los desconectó de la carrera mientras afinaba su voz. Laringe a punto. Piernas dispuestas. Ocasión imposible de desaprovechar. Pero esta vez, con cámaras. A la vista de todos. España ya estaba anulada. Sólo Joaquim Rodríguez aportaba un toque presencial. Por eso, antes de rebasar el último kilómetro, se apresuró a conectar de nuevo los cables.

 

Lo hizo tan rápido, que nadie le vio. Ni siquiera Cunego y Rebellin, pasmados ante su bestial ataque. Conectado al mundo. Su voz estaba entonada. Así entró en meta. Cantando la ópera que después Purito escuchaba por el pinganillo. "No podía salir a todos los ataques de los italianos y por eso dejé marchar a Ballan, porque es el que mejor me cae de los tres", confesaba. El mismo que le interpretó la relajante balada que calmó a Alejandro Valverde y a Óscar Freire en ese último kilómetro mortal. El del paseo de Ballan, la despedida entre besos al público de Bettini y la superioridad azzura. Opera prima. Italiana. ainara@ciclismoafondo.es