Warren Barguil se impone por velocidad para hacerse con el Gran Premio Miguel Induráin

El corredor del Team Arkea Samsic llegó bien colocado a la recta final y ganó en la volata del GP Miguel Induráin.

Ciclismoafondo.es|Foto: Luis Ángel Gómez/Sprint Cycling Agency

Así se imponía Warren Barguil en el GP Miguel Induráin.
Así se imponía Warren Barguil en el GP Miguel Induráin.

No es el sprint la gran especialidad de Warren Barguil (Team Arkea Samsic). De hecho, cuando se presentó en la recta final del GP Miguel Induráin pocos le hubieran dado como favorito para llevarse la carrera. Ironías de la vida, se la llevó. Y eso que a punto estuvo de no disputarse por las inclemencias meteorológicas que asolaron Navarra. Finalmente se optó por reducir el kilometraje de la prueba y suprimir los puertos de montaña. No hicieron falta, hubo espectáculo del bueno. 

De partida, una fuga compuesta por Paul Lapeira (AG2R Citroen Team), Stephen Basset (Human Powered Health), Jon Barrenetxea (Caja Rural - Seguros RGA), Alex Martin (EOLO-Kometa), Xabier Mikel Azparren (Euskaltel-Euskadi), Rafael Reis (Glassdrive Q8 Anicolor), Iván Cobo (Equipo Kern Pharma), Mikel Bizkarra (Euskaltel - Euskadi) y Óscar Cabedo (Burgos-BH).

Éstos dispusieron de total libertad para rodar hasta que a falta de 20 kilómetros fueron absorbidos por el pelotón. A partir de ahí las cosas se ponían serias. Primero Davide Formolo (UAE Team Emirates) y Enric Mas (Movistar Team) aprovechaban el penúltimo paso por el Alto de Ibarra (0.7km al 10.9%) para tensar el grupo y tras ellos saltaban Jefferson Cepeda (Caja Rural - Seguros RGA), Pello Bilbao (Bahrain-Victorious), Gorka Izaguirre (Movistar Team) y Aleksandr Vlasov (BORA-Hansgrohe). En la bajada, eso sí, eran capturados de nuevo.

El Alto de Ibarra volvería a ser protagonista en su subida final previa a la meta. Zarrancho de combate con ataques múltiples y donde Pierre Latour (TotalEnergies) abría hueco para finalmente ser capturado por otros nueve corredores. A partir de ahí, la tensa espera, la que precede a un apretón de watios final en pos de la gloria.

A veces no hay que ser el más rápido y sí el más avispado. O estar muy buen colocado. Medir las distancias para saltar en el momento correcto. Quizá tener buen día. Justo la suma de virtudes que coronó en la casa de Induráin a Warren Barguil.