Con gesto concentrado, previsible ante lo que se avecina, Haimar Zubeldia hacía su entrada en meta escuchando el ritmo de sus piernas y las de su jefe, Alberto Contador. Tiene sonido para ambos. Audición de gran cobertura. Mañana encarnará las labores que hasta ahora otros hacían para él, las veces de gregario. Ya va acostumbrando al cuerpo, a las piernas y a la mente. También se nota en sus discursos. Todo el gas que recupere esta noche lo gastará mañana a favor de Contador, en la subida a Arrate que marcará las primeras distancias visibles entre los favoritos. Zubeldia no duda. "Alberto está bien, yo le veo en buena forma y la llegada a Arrate le beneficia". Órdago indirecto.
Para Zubeldia, la etapa de mañana dejará la clasificación general "aún abierta, aunque no descartaría que hubiera diferencias entre los favoritos", predijo. "