Alberto Contador libró las caídas y pasó la cuarta etapa sin problemas, aunque revuelto aún por el mazazo de los dos minutos y medio perdidos ayer en Andorra. En la salida de la cuarta etapa desvelaba que su pájara podría ser debida “a un problema estomacal” y en la línea de meta de Tarragona comentó que “nunca sabes cuando lo tienes si es un virus que va a estar un tiempo o si se va a ir de un día para otro. Espero pensar lo segundo aunque puede ser lo contrario”.
Contador espera “confiar en recuperar y con todo lo que queda de Vuelta, intentar alguna cosa”. En la etapa de hoy “no puedes sacar muchas conclusiones, no he puesto a prueba el cuerpo”. Mañana, camino de Alcossebre será otra historia. “Ahí sí me harán ponerlo a prueba. Cruzo los dedos para estar como estaba antes de la Vuelta”, desea.
Sobre la etapa de hoy comentaba que “ha sido un día de transición pero los nervios han sido increíbles, la ultima parte ha habido bastantes caídas, la llegada era súper revirada, era importante estar bien colocado”. No ocultó que ha pasado “una noche complicada. Porque venía con unos planes y se torció. Voy a ir día a día, metido en carrera”.
