Alberto Contador atacó en el inicio de los Machucos con la firme decisión de buscar el triunfo de etapa. “Las piernas respondían. Sabía que la rueda a seguir era la de Miguel Ángel López. No lo he pensado, sabía que tenía que tirar para adelante”. “Ha sido una lástima no poder conseguir la victoria de etapa sobre todo pensando en mi equipo y en la afición pero quedan tres días duros y vamos a ver qué podemos hacer”.
Contador ha sido segundo en la meta de los Machucos, solo por detrás de Stefan Denifl, por lo que sumó seis segundos de bonificación. A Nibali le ha metido 42 segundos, a Wilco Kelderman 57’’ y a Froome, 1’24’’. Ahora, Contador está a 1’21’’ del podio. “Lejos y cerca”, dice, “con las diferencias que se han abierto en la etapa me he acercado mucho”.
Mañana espera una nueva oportunidad, una de esas etapas no marcadas como reinas pero que pueden esconder grandes gestas. La Collada de la Hoz, el penúltimo puerto de la jornada, es uno de ellos. Esconde la gesta más bella de Contador, cuando atacó camino de Fuente De para arrebatar a Purito el maillot rojo y llevarse la Vuelta del 2012. “Es uno de los puertos que más me ha marcado como ciclista”.
No oculta sus aspiraciones: “Claro que quiero ganar la Vuelta, pero soy realista. Tengo rivales muy fuertes y es difícil. Todos los días pueden pasar cosas y hay que estar preparado para lo que pase. Si me pongo a pensar en la Gran Vía se me ponen los pelos de punta. Me quedan cuatro días de ciclista profesional y voy a disfrutar al máximo”.