Chris Froome se defendió de los rumores que empezaron a correr durante la etapa de ayer y que hablaban de que el líder del Tour utilizó un avión privado para hacer el traslado entre Granada y Logroño el pasado domingo. “No, no tenía en absoluto planeado coger el avión privado”. Y también le preguntaron si está durmiendo en la caravana gigante que el Sky compró hace dos años y que la UCI les prohibió usar con Richie Porte en el Giro de Italia. “Duermo en el hotel con el resto de mis compañeros”. Lo corrobora su compañero David López, que cuenta que “la noche después de la crono, cuando dormimos en Burgos le oía toser desde mi cama, al otro lado de la pared”. Se asustó. “Porque pensé, a ver éste tío si le va a pasar algo. Y efectivamente, ayer en los Machucos sufrió. Los aires acondicionados, igual el del avión y el esfuerzo de la crono lo pagó. Nos cuidan tanto, con todas las cosas al detalle que cuando hay un aire acondicionado de más lo notamos”.
Froome cambió de ritmo en la última subida a Santo Toribio de Liébana y consiguió hacer sufrir a Vincenzo Nibali, que se dejó 21’’. “Estoy muy contento por cómo ha ido la etapa, mucho mejor que ayer. Fue muy dura para mi. Muchos han pagado ese esfuerzo, Nibali ha sido uno de ellos”. Desveló que “tenía mis propios planes, quería ver si había corredores que se ponían delante y arrancaban”. Además, narró que “en el final, Poels me iba diciendo por la radio que Nibali se estaba quedando y que siguiera para adelante”.
Repitió que en la jornada de ayer “pagué los esfuerzos, es normal después de una crono tan exigente pero me he recuperado y he vuelto a estar delante”. Además, le preguntaron si le gustaría volver a tener los Machucos en el recorrido de la Vuelta del año que viene, a lo que respondió que “no me gustaría volver a verlos nunca más, pero todos tenemos que ser conscientes de que hay subidas así. El Angliru es una de ellas. Es lo que hay y tenemos que afrontarlos”. Por último, fue cuestionado sobre la inminente retirada de Contador y alabo a su rival asegurando que "nuestra vida será un poco más fácil, pero el mundo del ciclismo echará de menos su fogosidad a la hora de afrontar las carreras".