Su recuperación tras el Tour de Francia parecía ir por el buen camino. Daba la impresión de que había encontrado su golpe de pedal en la Vuelta, “la carrera que me hace sonreír”, decía en Nimes, pero Esteban Chaves ha sufrido en la ascensión final a Calar Alto. El equipo Orica-Scott miró de frente a la carrera y tiró del pelotón en Velefique pero su líder no fue capaz de rematar y se dejó casi dos minutos con los favoritos, lo que le ha hecho descender a la tercera posición del podio. “Estaba cansado”, decía con la sonrisa que le caracterizaba, al intentar buscar justificación a su falta de fuerzas.
Sonríe Chaves. Siempre hay cosas peores. El ciclismo, ganar o perder tiempo, es lo de menos. Esa es su filosofía. “Así es la vida”, dice en la meta de Calar Alto. “Ha atacado Contador y Nibali, es lo último que he visto. Después he cogido un ritmo para minimizar las pérdidas. Hay días que son duros, hoy lo ha sido para nosotros”. Reconocía que en el equipo “teníamos la estrategia de lanzar a Simon delante”, de hecho, atacó en Velefique, “pero a veces sale bien y otras mal”.