Una llegada después de un largo descenso con Vincenzo Nibali en el pelotón tenía el resultado cantado: ataque del Tiburón del Estrecho en el Collado Bermejo. Y no ha fallado. “he probado a ver si sucedía algo, si había algún ataque de otros corredores pero ninguno se ha movido en la subida. Así que he hecho una progresión larga en la cima”.
Nibali añadió que “el descenso era peligroso. En la bajada había muchas piñas de los pinos y he arriesgado lo justo, no me he sentido con ganas de hacerlo”. Reconoció que “ha habido un momento que sabía que estaba ganando algo de tiempo pero también veía que aún quedaba mucho descenso y la bajada no permitía coger mucha velocidad”.
“Hemos probado a hacer una buena acción pero al final nos hemos quedado los de siempre, el único que ha arriesgado más en la segunda parte de la bajada ha sido Roche y ha ganado algún segundo”, concluía.