La Vuelta a España arranca mañana bajo el especial manto que le aporta ser la última competición a la que Alberto Contador se enfrentará como ciclista profesional. El Pistolero, que tanto nos ha hecho disfrutar con su espectacular forma de correr y sus triunfos, los mismos que le han situado como uno de los mejores corredores de la historia, pondrá fin a 15 años de carrera en una edición de la Vuelta en la que grandes colosos -Machucos, Sierra Nevada, Calar Alto o Angliru- y más kilómetros contrarreloj tomarán el protagonismo, mientras languidecen los recurrentes finales en muros de rampas imposibles a los que nos habíamos acostumbrado estos últimos años. Un planteamiento de carrera que arroja como favorito número uno a Chris Froome, que ansía tener el maillot rojo en su poder tras haber sido tres veces segundo, otra cuarto y haber tenido que abandonar en 2015 cuando tenía la general a tiro.
CHRIS FROOME
El anglokeniata tiene un afecto especial por nuestra grande, cómo ha manifestado en múltiples ocasiones, y este curso ha apostado por reorganizar parte de su calendario para llegar más fresco a este final de temporada. No ha rendido a tan alto nivel en los primeros meses del año y su primer triunfo no ha llegado hasta la consecución de su cuarto amarillo en París. Un planteamiento que esconde un profundo deseo por convertirse en el primer ciclista en la historia en lograr el doblete Tour-Vuelta desde que nuestra grande se disputa en agosto.
Froome contará como principales argumentos a favor de su triunfo con la contrarreloj de 40 kilómetros que espera en Logroño y con el poderío de la escuadra construida a su alrededor por el Team Sky, que contará con Rosa, Poels, Nieve y Moscon como nombres más destacados. Más dudas despierta su capacidad para hacer daño en la montaña, donde no ha logrado establecer diferencias como antaño e incluso llegó a mostrar cierta debilidad en ocasiones puntuales en el pasado Tour con respecto a sus principales adversarios, Bardet y Aru. Por ello, la receta a seguir por el anglokeniata está clara: controlar la carrera con su formidable equipo, resistir las jornadas más exigentes con los mejores y asestar el golpe definitivo en la contrarreloj.
VINCENZO NIBALI
En las últimas ediciones de la Vuelta a España se ha demostrado que quienes acuden en busca del maillot rojo sin la fatiga a la que obliga el haber disputado el Tour cuentan con una cierta ventaja. Y ese es el caso de Vincenzo Nibali, a quién Froome no ha dudado en catalogar en estas horas previas al arranque de la prueba como su principal rival.
Lo Squalo ha sido tercero en el Giro del centenario tras Dumoulin y Quintana exhibiendo, una vez más, una garra y un carácter competitivo portentoso, aunque ya sin la chispa que tiempo atrás le permitió marcar diferencias en la montaña. El paso de los años, pues ya son 32 en su haber, parece haberle restado algo de capacidad en ese aspecto, aunque aun así sería toda una sorpresa no verle en el podio final de Madrid. Su solidez en todos los terrenos está más que contrastada, llega fresco a Nimes y cuenta con gran habilidad para leer la carrera y sacar beneficio de cualquier circunstancia que arroje la misma. Quizá su gran déficit vuelve a ser un equipo donde el veteranísimo Franco Pellizotti parece ser su única ayuda en la alta montaña.
ROMAIN BARDET Y FABIO ARU
Tanto el francés como el italiano han consolidado su condición de grandes escaladores en el pasado Tour de Francia y han demostrado contar con capacidad en sus piernas para poner contra las cuerdas a Froome cuando la carretera se endurece. Pero ambos también arrastran un hándicap importante dadas sus carencias en la lucha contra el reloj.
Esta Vuelta a España, con una lucha individual sobre la cabra de 40 kilómetros, les obligará a obtener al menos dos minutos y medio en la montaña sobre Froome para contar con opciones de compensar su déficit y atrapar el maillot rojo en Madrid. Una diferencia que se antoja inalcanzable, más si tenemos en cuenta que será la primera vez en la carrera de ambos que enlacen la Grande Boucle con la ronda española. Un esfuerzo que habrá que ver como toleran y si puede pasarles factura. Aun así, la presencia de nueve finales en alto es un factor muy favorable a sus condiciones, por lo que si rinden a su nivel habitual estarán con total seguridad entre los cinco primeros de la clasificación general.
ALBERTO CONTADOR
El gran vueltómano español del Siglo XXI se despedirá del ciclismo profesional en esta Vuelta a España con la ilusión de brindar una última gran actuación a su público, al igual que hiciera en 2008, 2012 y 2014, años en los que acabó conquistando la ronda nacional. Durante todo el mes de agosto, Contador ha estado preparándose a conciencia por la sierra madrileña ofreciendo tiempos de ascensión impresionantes en los principales puertos de la zona, aunque no podemos obviar que en el Tour de Francia se manifestó que ya en el ocaso de su carrera tiene dificultades para medirse de tú a tú con los mejores escaladores de la actualidad.
En su favor cabe reconocer que se vio lastrado por las caídas en la Grande Boucle y que en la segunda mitad de la prueba ofreció un buen rendimiento, arriesgando y corriendo al ataque, algo que debemos esperar también en esta Vuelta, donde puede convertirse en el gran animador de la carrera. Es difícil que Contador pueda batir a Froome y su armada, pero bien podría extraer de la contrarreloj de 40 kilómetros una ventaja con respecto a Bardet, Aru o los ciclistas del Orica que bien pueda permitirle luchar por el podio. De lo que no debemos dudar es de que encontrará el lugar donde ofrecer un último gran espectáculo de despedida.
ORICA: CHAVES Y LOS GEMELOS YATES
El equipo Orica-Scott es la gran alternativa al favoritismo de Froome, Nibali, Bardet y Aru. Se han presentado en Nimes con sus tres grandes armas, Esteban Chaves y los gemelos Yates, Adam y Simon, que corriendo unidos y de forma agresiva pueden forman una temible amenaza para todos sus rivales. No han sido ni una ni dos las ocasiones en las que hemos visto a Neil Stephens armar grandes jugadas estratégicas y sus opciones de lograr la roja con uno de sus hombres pasan por atacar y aprovechar las mil opciones que ofrece un tridente de esta calidad.
Una lesión de rodilla ha lastrado la temporada de Esteban Chaves y su preparación de cara al Tour de Francia, donde ha estado lejos de ofrecer su mejor versión. El rodaje que le han brindado las tres semanas de la Grande Boucle y los últimos entrenamientos que haya realizado deberían haberle permitido recuperar un golpe de pedal que vuelva a situarle a la altura de los principales favoritos a luchar por la carrera. Una circunstancia que probablemente le convertirá en el hombre más marcado del tridente y le restará margen de acción, pero del que pueden sacar gran beneficio Simon y especialmente Adam Yates, que llega fresco tras no haber disputado el Tour de Francia y habiendo ofrecido un buen resultado en el reciente Tour de Polonia. Puede que hablemos, y mucho, de los hombres del Orica-Scott.