Como lo fue con Nairo Quintana, Vicente Belda jugó un papel clave en la vida de Miguel Ángel López. El que fuera director del Kelme- Costa Blanca descubrió a la perla de Sogamoso, al que hizo fichar por Astana. Vicente Belda es su padre, amigo, confesor, vecino, entrenador y también manager. En su primer año en el Astana, Supermán decidió fijar su residencia en Italia, viendo que un puñado de colombianos residían allí pero pronto se dio cuenta de que su sitio era España. Recomendado por varios miembros del Astana y sobre todo, por la presencia de Vicente Belda, hizo las maletas y se lo llevó a su pueblo, Cocentaina.
Va y viene. Y en uno de esos viajes, dos semanas antes de que comenzara la Vuelta a España, Vicente Belda se trajo a Supermán López a conocer la subida del Calar Alto. “Como conocía la subida muy bien decidí estar muy tranquilo. Confié en mi. Tenía buenas piernas y esperé hasta el último kilómetro, que sabía que era muy duro”.
Miguel Ángel López cuenta esta Vuelta como su primera grande. El año pasado debutaba pero duró encima de la bicicleta 6 días. Una fuerte caída le obligó a retirarse. “Pero es una hoja que ha quedado atrás”. Lo cierto es que, de momento, el palmarés de Supermán tiene más caídas que victorias. “De la de la Vuelta a España me recuperé bastante bien. Pero luego en noviembre un coche me atropelló mientras entrenaba. Tuve fractura de tibia, por eso empecé el año tarde, en la Vuelta a Suiza y ahí me volví a caer”. A la Vuelta llegó con menos de 20 días de competición. El Tour de Austria y la Vuelta a Burgos. “Me lo he tomado con tranquilidad”, dice. “Vine a esta Vuelta con el objetivo de ayudar a Fabio y él sigue siendo nuestro líder”, despeja. Pero quien ha levantado los brazos antes es él. Supermán. “Al final tenía buenas piernas y el equipo ha decidido que continuase para disputar la etapa”.
A Miguel Ángel López empiezan a cumplírsele los sueños. “Cuando miraba a Froome en la tele en el Tour de Francia mano a mano con Nairo soñaba algún día poder estar por lo menos a rueda de ellos y hoy he tenido las piernas para ganarle la etapa”. Dice que no se siente abrumado por la figura que representa Nairo y la consabida comparación con su compatriota del Movistar: “Yo siempre le he visto a Nairo como una motivación, como un personaje a superar, es un gran corredor que ha hecho cosas increíbles”.
A Miguel Ángel López le quedan sueños por cumplir. Alejar los dolores. “Siempre me molestan las rodillas. Cada año que pasa mi cuerpo va madurando y solo pido que se me pasen los dolores, porque a veces me molesta bastante y no puedo continuar las carreras. Chaves me dijo hace dos años que estuviese tranquilo, que era pequeño y joven y mi cuerpo no estaba aún maduro. Que el dolor de rodillas es normal y que tengo que esperar, año a año el cuerpo madurará y no tendré problemas”.