No le trae buena suerte Sierra Nevada a David de la Cruz. Es como si fuese su cumbre maldita. En su primera grande que fue la Vuelta del 2013 la etapa aquí terminaba un poco más abajo, en Hazallanas. Era su primer año en el NetApp-Endura después de abandonar la estructura del Caja Rural y unas tremendas molestias en la rodilla no le permitieron pedalear. Llegó a casi 10’ de Chris Horner, ganador aquel día y también de esa Vuelta.
Cuatro años después, David de la Cruz volvía a Sierra Nevada peleando por un top ten en la Vuelta. Pero la montaña maldita lo volvió a sepultar. Y esta vez no fue por ninguna molestia, aunque sí por mala suerte. “He tenido que cambiar de bici antes de empezar la subida a Monachil y he enganchado a cola de pelotón cuando empezaba el Purche. Luego he tenido que hacer una crono solo hasta la meta”.
Se dejó 5’23’’ en la línea de meta con respecto a Miguel Ángel López, un tremendo palo que le deja a más de siete minutos, en 11ª posición en la general. “Hacer toda esta última parte solo, 20 kilómetros, marca mucho la diferencia. Es un puerto en el que para ir a rueda se nota. He tenido que hacer un esfuerzo grande para entrar en el pelotón pero me he dejado unos metros”.
Es consciente de que ahora “tengo que dar la vuelta a esto. No me esperaba esta situación pero las carreras son como son. A veces uno las prepara y no sale como uno las espera. He tenido bastante mala suerte, siempre a contrapié. Simplemente toca recuperar hoy y a ver qué puedo hacer en la crono y en la última semana”. Repetía que “no esperaba afrontar la última semana en la situación en la que estoy pero la carrera acaba en Madrid. Espero recuperarme y que la suerte me sonría”.