Luis Ángel Maté sufrió una fuerte caída en la parte final de la etapa. El lince andaluz se fue al suelo en el descenso del Collado Bermejo, en los últimos veinte kilómetros de la meta en Alhama de Murcia. “A pie del puerto”, contaba Maté al entrar en meta, “he tenido que cambiar de bicicleta porque he roto la que llevaba. La de repuesto tenía los tubulares un poco más hinchados de lo normal y en la primera curva se me ha ido”.
Maté, que al cruzar la meta no tenía golpes de gravedad apreciables comentó que “ya en las primeras curvas del Collado Bermejo, cuando he visto que estaba tan duro no podía frenar y me he salido de la carretera”. Explicaba, sentado en las escaleras del autobús que “tengo un buen golpe en el cuello pero ahora mismo no me duele nada. Somos duros”, añadía, ya con una sonrisa dibujada en la cara, “más que las malas hierbas”.