El italiano Damiano Caruso (Bahrain Victorious) ganó en solitario la novena etapa de La Vuelta, entre Puerto Lumbreras y el Alto de Velefique, con un recorrido de 188 km, en la que reforzó su liderato el esloveno Primoz Roglic (Jumbo-Visma) y Enric Mas (Movistar) se consagró como su principal rival.
Caruso, en galopada heroica durante gran parte de la etapa -más de 70 km fugado- se impuso a lo grande en la cima de Velefique, que cruzó con un tiempo de 5h03'14'', seguido a 1'05'' minutos por Roglic y Mas, que bonificaron 6 y 4 segundos, respectivamente.
A 1'44'' cruzaron la meta Adam Yates, "Superman" López y Jack Haig, Egan Bernal a 2'10'' y Mikel Landa a 5'04'' del vencedor, una actuación, la del alavés, que le aleja de casi todas las posibilidades de entrar en la lucha por la general.
Una general que sigue liderando Roglic, con una ventaja de 28 segundos sobre Enric Mas y de 1'21'' respecto a Miguel Ángel "Superman" López.
🏁 - 5 km | Etapa 9 - Stage 9 | #LaVuelta21
— La Vuelta (@lavuelta) August 22, 2021
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Flotaba la sensación en el aire, momentos antes de la salida en Puerto Lumbreras, de que Velefique esclarecería muchas cosas en lo que a la clasificación general se refiere. La cima almeríense, primer puerto 'hors categorie' de la presente Vuelta, esperaba a los ciclistas tras el paso previo por el alto de Cuatro Vientos, el exigente Collado Venta Luisa y el Castro de los Filabres. En total, 188 km y casi 4.500 m de desnivel.
A un ritmo frenético se recorrían los primeros 50 km de carrera, en una hora, y sin que ninguno de los numerosos ataques fructificasen. Había que esperar, pues, al alto de Cuatro Vientos (2ª), para definir el desarrollo de la etapa. El pelotón se partía en dos ya durante las primeras rampas, pero el grupo principal coronaba con Poels, Bardet y Cepeda en cabeza sin fuga de por medio.
La escapada se formaba, finalmente, sobre el complicado terreno de aproximación al Collado Venta Luisa, con Damiano Caruso (Bahrain-Victorious), Olivier Le Gac y Rudy Molard (Groupama), Robert Stannard (BikeExchange), Romain Bardet y Martijn Tusveld (DSM), Kenny Elissonde (Trek), Rafal Majka (UAE), Lilian Calmejane (AG2R), Ángel Madrazo (Burgos) y Julen Amézqueta (Caja Rural), que pasaban por el km 100 con 2'27" de ventaja sobre el pelotón.
El trabajo de Ineos-Grenadiers por detrás provovaba que la renta de los fugados nunca fuese superior a los cuatro minutos. Caruso se marchaba por delante en solitario, sobre las rampas más duras de Venta Luisa, mientras los británicos tensaban el ritmo en el grupo de los favoritos, reduciendo las diferencias por debajo de los dos minutos. Al italiano, por cierto, le perseguían Majka, Bardet y Amézqueta.

Camino del Castro de los Filabres, el equipo de Bernal levantaba ligeramente el pie. Jumbo-Visma tomaba el control del pelotón de los mejores, a un ritmo más contenido. Y la ventaja de Damiano Caruso aumentaba hasta los 3'30 (2'10'' sobre sus tres perseguidores). La cabalgada del italiano, digna de mención, buscaba una merecida victoria de etapa... a expensas de un posible ataque desde atrás de un Mikel Landa, hasta ese momento, muy escondido.
La carrera, un tanto 'anestesiada', transcurriría sin más hasta las inmediaciones de la ascensión final a Velefique (13,2 km al 6,4 %, con máximas del 15%), con la ventaja de Caruso cerca de los cinco minutos respecto al grupo de favoritos, y tres sobre sus inmediatos perseguidores, a los que se sumaba Bouchard (AG2R). El italiano tenía la etapa a tiro y podía meterse de lleno entre los mejores de la general.
Grossschartner (Bora-Hansgrohe), segundo en la general tras meterse en la escapada de hace dos días, perdía contacto con el grupo del líder, comandado por Jumbo-Visma... hasta la llegada de los kilómetros más duros, a falta de 10.000 metros para el final, donde Ineos-Grenadiers volvía a poner un ritmo más intenso con Sivakov y Van Baarle al frente. Ritmo, en cualquier caso, cómodo para Roglic y compañía.
El que comenzaba a sentirse incómodo era Mikel Landa, que se descolgaba progresivamente del grupo de favoritos, en compañía de Poels y Padun. El alavés, sin duda, se alejaba definitivamente de entrar en la lucha por la general. Una lucha que se iniciaba poco después, con el ataque de Adam Yates, respondido por Miguel Ángel López y un Sepp Kuss que luchaba por agarrarse a la rueda del británico y el colombiano.

Para sorpresa de muchos, Roglic tomaba la iniciativa para dar caza al terceto, llevándose consigo a Enric Mas y, poco después, Egan Bernal. Yates volvía a demarrar, a 7 km del final, soltando definitivamente a Kuss, y dejando solo al líder frente a Bernal, López, Mas y él mismo.
El ritmo se frenaba y volvían a entrar desde atrás los Carapaz, Kuss, Grossschartner, Ciccone, De la Cruz, Haig y compañía. Aunque no por mucho tiempo, pues Adam Yates volvía a lanzar un latigazo tremendo que le permitía marcharse en solitario. López salía tras él, arrastrando a Roglic, Mas y demás favoritos.
El gran momento de Mas llegaría a cuatro del final, cuando el mallorquín incrementaba el ritmo... y solo Roglic podía seguirle. Mientras tanto, Damiano Caruso, con 2'40'' de ventaja, comenzaba a retorcerse sobre las rampas finales del puerto, ya más suaves, pero con el viento azotando en algunos tramos.
Tras coger algo de resuello, Primoz comenzaba a colaborar con Enric. El dúo lograba establecer una ventaja de 15'' sobre el grupo de Bernal, Haig, López y Yates, que se encargaba de poner el ritmo de caza. Un ritmo que ahogaba a su compañero, que tenía que levantar el pie. Para terminar de hundir al maillot blanco, Haig atacaba, llevándose a López y Yates, quedándose solo ante el peligro, perdiendo casi ya un minuto respecto a Roglic.
Finalmente, Damiano Caruso volvía a firmar una victoria espectacular, tras una gran cabalgada en solitario, escapado desde el segundo puerto del día, a más de 70 km del final. El segundo clasificado del último Giro de Italia quiere ser protagonista, también, de lo que resta de Vuelta a España.
A 1'05'' entraba el dúo formado por Roglic y Mas. Haig, López y Yates lo hacían a 1'43''. A 2'10'' llegaba Bernal, que perdía algo más de un minuto respecto al líder de la carrera y al mallorquín del Movistar, que se marchaba al autobús con la satisfacción de haber mostrado una gran condición. Mikel Landa, por su parte, perdía unos cuatro minutos respecto al maillot rojo.
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